En
estos tres meses desde nuestra última salida hemos recibido visitas y
comentarios de muchos cientos de personas, y las subscripciones a la
revista superan ya los tres centenares. Por otro lado, la Biblioteca
Nacional española nos ha concedido un número del ISSN, el código
internacional que permite identificar todas las publicaciones, incluidas
las puramente digitales, no impresas. .....................................
todos podemos echar una mano para ir desarrollando
este ministerio
.....................................
Pero hasta aquí no hay nada
novedoso que nos pueda distinguir del objetivo inicial de aportar algo a
las revistas ya existentes en papel. ¿Qué nos falta?
|
Nos
queda la interactividad. Internet nos da una serie de recursos para el
contacto interpersonal y la creación de comunidades virtuales de personas
interesadas en los mismos temas o luchando por las mismas causas.
De allí que
estemos preparando, y que os invitemos ya a todos vosotros (o ustedes,
respetando el estilo de hablar de la mayoría de nuestros lectores) a ir
pensando en participar en salas de charla en la red (chat) sobre diversa
temática. En los próximos meses comenzaremos a ofrecer estos servicios.
Para ellos, todos
podemos echar una mano. Mantener un ministerio en Internet es laborioso.
Por ello os lanzamos ya este reto: en este nuevo año, comencemos de veras
a formar una comunidad virtual que no solo lee, sino que se realiciona,
dialoga y... ¿reza junta también? ¿Que se apoya en la distancia? ¿Que
es capaz de entablar relaciones de ayuda mutua? |
|
|
PORTADA
 |
Un
niño
se nos
ha dado...
¿Uno?
|
|
ueridos
amigos de discípulos. Cuando las fiestas navideñas se encuentran tan
candentes, en estos momentos no podemos por menos que dejarnos llevar por
el espíritu profundo de lo que en este tiempo celebramos y mirar la
realidad que resalta de un modo especial.
¿Acaso podemos dejar de pensar en
los niños, y menos en Navidades?. En cualquier ocasión los niños son
capaces de captar nuestra atención y cuanto más ahora que celebramos la
vida hecha vida, la carne hecha palpitación ardiente por las mujeres y
hombres de todos los tiempos.
Pretendemos con este número
acercarnos a la realidad de la infancia, ofrecer algunas reflexiones que
nos ayuden a tomar mayor conciencia si cabe sobre la realidad de nuestros
pequeños y pequeñas.
Hacer una reflexión creyente sobre
esta cuestión en unas fechas donde todo invita a la ternura, al cariño,
al afecto derrochado de modo incontrolado, creemos que es una osadía o
cuanto menos un atrevimiento.
No es nuestra intención amargar
las fiestas de nadie, pero no podemos cerrar los ojos ante una realidad
que está impregnada de dolor y sufrimiento. Atrevámonos a mirar el mundo
de la infancia, atrevámonos a escuchar su voz casi balbuceante, atrevámonos
a dejar nuestro corazón a la intemperie de Dios,... ¿qué sucede?.
Compartimos con vosotros una serie
de cuestiones que nos parecen importantes. Está en el espíritu de discípulos
buscar respuestas, juntos, a las grandes preguntas que se plantean en el
seno de nuestro corazón. ¿Que Navidad estaríamos
celebrando en estos momentos si Jesús hubiera sido un de los 30.500 niños
que cada día pierden la vida?.
Por las palabras de Jesús podemos
creer profundamente que él está en cada uno de esos niños, que él
esta, que él es cada uno de los tres millones de niños y niñas
que cada año son infectados del virus del sida, que él está, que él es
cada uno de los doscientos cincuenta millones de niños y niñas que cada
día se levantan sabiendo que lo que les espera es una dura jornada de
trabajo, que él es uno de los ciento treinta millones de niños y
niñas que no pueden acudir a una escuela para formarse y poder realizarse
plenamente como personas...
La pregunta que nos surge ante esta
realidad es ¿de qué forma podemos celebrar la Navidad cuando al mirar el
mundo de niños y niñas, lo primero que descubrimos es dolor?.
Mirar la realidad de los niños y
niñas de hoy en los países que viven situaciones de gran pobreza o en
aquellos en que se vive una opulencia ficticia, es arriesgarse a que el
corazón se te quede primero encogido, después afectado y por último
urgido a ponerse en marcha contra tanta injusticia injusta.
Reconocer el rostro de Jesús en
tanto niño doliente es arriesgarse a quedar tocado por su amor y hacer
nuestra su causa y luchar para que todos los niños y niñas puedan
recibir el amor que les ha sido regalado y que por justicia se merecen.
Ojalá este número pueda ayudarnos
a crecer en nuestro esfuerzo por hacer un mundo más justo y mejor para
todos, y de un modo especial para los niños, sin olvidarnos nunca de que
la última palabra siempre la dice Dios con la Resurrección de su Hijo,
Jesús.
Paz.
|


|
|
|
Volver a
Principal de Discípulos
|