+ ISSN 1576-9925
+
Edita: Ciberiglesia
+ Equipo humano
+ Cómo publicar
+ Escríbenos
+ Suscríbete
+ Apóyanos



Poesía - Nº 5 - Enero 2002

  "En esto
   conocerán
   todos que sois
   mis discípulos,
   en que os amáis
   unos a otros."

          
Juan 13, 35

NANA PARA UN NIÑO AFGANO

Duérmete, niño mío,
no veas la sangre,
que están cayendo bombas
por todas partes...,
bombas y fuego,
odio negro y metralla
sobre tu cuerpo...

A la nanita nana,
duérmete pronto,
que los grandes del mundo
se han vuelto locos,
se han vuelto ciegos,
y quieren matar tu risa
y hasta tus sueños...

  Las madres de las torres
  están llorando,
  todas somos iguales en este llanto...,
  en este infierno,
  que han creado unos hombres
  sin sentimientos...

 ¿En nombre de qué Dios
se están matando,
si Dios es puro AMOR
como mi canto ... ?
  Como mi niño,
que no puede hacer nada,
débil, sencillo...

¿Cómo me dueles, niño,
en las entrañas ... !
me escapé contigo
por las- montañas....
sobre la nieve,
buscando un mundo nuevo
que ya amanece...

Que el profeta Jesús
está naciendo,
que nazca ya el AMOR
entre los pueblos...
Duérmete, niño,
¿Navidad... Ramadán,
que sean lo mismo ... !

Alfonso VALVERDE




MI ALEGRÍA
Por Emma-Margarita R. A.-Valdés

(Sal 121; Mt 1,18-24; Lc 1,78-79;
Lc 2,1-20; Jn 1,14; Tit 2,11; 3,4)

¡Qué alegría!
Sí, qué alegría cuando me dijeron:
ven, vamos a la casa del Señor,
¡ha llegado el Mesías esperado!,
¡ha nacido Jesús, el Salvador!.

¡Qué alegría!
Yo dejé todo cuanto allí tenía,
sólo elegí el cordero más hermoso
y corrí por los montes y cañadas
al encuentro del Todopoderoso.
Brillaban las estrellas en el cielo,
más grandes, más espléndidas, más puras,
las voces de los ángeles cantaban:
¡Hosanna! ¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Aleluya!
¡Aleluya!

El sol resplandecía en el pesebre,
la noche de repente se hizo día,
se rasgaron de golpe las tinieblas
y una luz celestial nos envolvía.
¡Qué alegría!

Allí estaba, en los brazos de María,
el niño-Dios, el trigo de Belén.
Mi corazón latía apresurado
pues quería abrazarle yo también.
Me acerqué vacilante y vi en sus ojos
el fuego del amor que me ofrecía,
¡y me llené de Dios en ese instante!
y comprendí el por qué de mi alegría.

***************
Del libro "Versos de amor y gloria".
Biblioteca de Autores Cristianos, BAC.
http://pagina.de/emar
http://usuarios.tripod.es/emmamargarita/navidad.htm
http://www.emmamargarita.freeservers.com

 


Volver al sumario del Nº 5            Volver a Principal de Discípulos


Principal | Eclesalia | Discípulos | Jesús | Oración | Acción | Orientación | Educación Música | Enlaces | Solidaridad | Recursos | Portadas | Escríbenos