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Sociología Religiosa - Nº 6 - Abril 2003

  "En esto
   conocerán
   todos que sois
   mis discípulos,
   en que os amáis
   unos a otros."

          
Juan 13, 35

 

EL FUTURO DE DIOS EN NUESTRA SOCIEDAD

Juan José Tamayo

CONFERENCIA DEL TEÓLOGO JUAN JOSE TAMAYO
IMPARTIDA EN EL CENTRO CULTURAL DE MÁLAGA
EL  28 DE JUNIO DE 2002

Resumen enviado por Manolo González Santiago . Ha seleccionado de la conferencia estos trozos que personalmente le han resultado  más significativos.

El Futuro de Dios en nuestra sociedad ha sido un título acertado porque es importante tomar conciencia de que, a través de los medios de comunicación, pastorales y documentos eclesiásticos, se hable más  hoy de la Iglesia que de Dios, del futuro del papado que del futuro de Dios, de las crisis de las instituciones que de la crisis de muchos en su fe en Dios. Y Dios es más importante que la Iglesia, aunque ésta con bastante frecuencia  se interfiera en su camino, le suplanta y le quita protagonismo.

Y Dios es un tema importante porque es un hecho cultural y porque en muchos de nosotros y en muchos en nuestro entorno  lo están  viviendo  en una experiencia vital, profunda y radical .

No quiero en esta charla hacer de adivino sobre el futuro de Dios. Quiero, más bien, hacer un esbozo de análisis socioreligioso de nuestra cultura en relación con el problema de Dios viendo cual es la temperatura de la creencia-increencia.  Para a continúan  decir algo también acerca del futuro de Dios en nuestra sociedad en los espacios de la mística, la liberación y  del diálogo  y espiritualidad  con las distintas religiones.

1.- EL FENÓMENO DE LA SECULARIZACIÓN

Antes de hablar de la creencia e increencia creo necesario destacar  un fenómeno peculiar de nuestra sociedad: la secularizaciónde.  Objetiva,  de la sociedad e instituciones, y subjetiva, apelación a la conciencia sin necesidad de que ésta se someta a dictámenes superiores, a verdades reveladas, a ideas trascendentes.

La secularización es fruto de un cambio de paradigma con relación a lo sobrenatural. Han cambiado los paradigmas en la astronomía, la medicina, la economía. la política ... también con relación a Dios. Es fruto de conocimientos y maduración de la sociedad.  Un fenómeno que se ha venido gestando a lo largo de los cuatro últimos siglos en la cultura occidental  Una necesidad histórica que ha durado más de lo debido  el hacerse realidad. (Justamente  ha supervivido desde el año 380 en que Teodosio el Grande en el Edicto de Tesalónica  convierte la religión católica en religión del Estado hasta el Concilio Vaticano II) .  La muerte de la cristiandad, de nuestro  nacionalcristianismo, era una muerte anunciada. Hoy la secularización se nos presenta como un signo irrenunciable de nuestra cultura. Signo positivo de manera global.

Consiste la secularización en la emancipación de las realidades temporales, es decir, de todos los campos de la existencia humana -el campo del saber, del tener, del quehacer, de la política, la ética, la economía -  de la tutela religiosa. En la secularización se vive la realidad humana  con su propia autonomía y no precisa de la validación religiosa para que tenga su  reconocimiento, su sentido y su orientación

Con la secularización la fe-increencia  pasa a ser un fenómeno privado, algo que se mueve en el ámbito interior de las  personas y donde tiene su propio espacio es en el culto. La religión y con la religión Dios, ha sido excluido, eliminado del ámbito público tanto social como cultural y político. Dios  es una experiencia que se vive en el interior de las personas y en el interior del templo. Ser creyente o no creyente, no se presenta como un valor, ni da ni quita, no es relevante hoy socialmente

Fue reconocida por el Concilio Vaticano II. El Concilio ha reconocido por primera vez en la historia la autonomía de las realidades temporales y ha tomado una postura de diálogo con ellas. Hablando concretamente de ateísmo, más que condenarlo y dar pautas para defenderse e incluso atacarlo, nos hace ver como en su génesis los cristianos tenemos gran parte de  responsabilidad y culpa. Y ello, dice, porque los cristianos:

- hemos  velado en vez de revelado el verdadero rostro de Dios

- no hemos  dado testimonio con hechos de lo que confesábamos de palabra

- y no hemos  presentado de forma adecuada  la verdadera imagen de Dios.

CONSECUENCIAS DEL FENÓMENO DE LA SECULARIZACIÓN.

Desmoronamiento de la cristiandad la principal y más larga encarnación histórica del cristianismo. Con el fenómeno de la secularización la cristiandad ha muerto.  Con la secularización la religión deja de ser manifestación social privilegiada. Dios pasa de la omnipresencia a la total ausencia; de la palabra escuchada en todos los sectores sociales,  al silencio; de la compañía de Dios a la orfandad; de tener noticias de Dios por doquier, a carecer de información alguna sobre Dios. Dios no es un tema que aparezca en las portadas de periódicos y revistas, ni en los noticieros de los medios de comunicación. El Concilio Vaticano II,  en palabras de José María González Ruiz, ha sido la tumba de la cristiandad . Desencantamiento del mundo. Los dioses, los espíritus y los seres sobrenaturales que en otros tiempos  poblaban el mundo han dejado de habitarlo. Los únicos pobladores de este mundo son seres visibles y reconocibles. Han desaparecido los ámbitos sagrados: el tiempo sagrado, los lugares sagrados, las personas sagradas, las acciones sagradas, los libros sagrados... se vive la vida a ras de la inmanencia,  sin necesidad alguna de apelar a la trascendencia.

La muerte de Dios. No es solo que se ha desmoronado la cristiandad, que el mundo se ha desdivinizado, sino que,  a partir sobre todo de Nitsche,  parece que cada vez se ve más claro,  que Dios ha muerto. Ha muerto el Dios de la religión cristiana,   que ha  sustentado  toda la cultura de nuestro tiempo,  y el Dios de las diversas religiones.

La posibilidad de vivir la fe como mayores de edad. Es el aspecto positivo y enriquecedor de la secularización.  La secularización ha creado un espacio privilegiado  para que las personas creyentes de distintas religiones podamos vivir  nuestra fe como adultos, sin tener necesidad de instancias superiores. Nos ha hecho posible vivir la fe desde una perspectiva de subjetividad. Hoy ser creyente exige vivir  en el lema de la ilustración “atrévete a pensar” . Pensar, estudiar, confrontar ideas con otros no creyentes o creyentes en otras religiones, hasta llegar a vivenciar una fe que se vive sin acondicionamientos externos, pasando de aceptación de unas verdades y unas prácticas religiosas, de una credulidad infantil  dirigida por otros,  a una  fe personal, subjetiva, vivida en la propia intimidad,  fruto de un quehacer interior personal. Una fe abierta y dialogante  con otros que se hacen otros planteamientos religiosos y que la podemos vivir dando  razón de ser y sentido a nuestra vida

2.- LA CREENCIA-INCREENCIA

  • El Ateísmo.

El ateismo es un acto expreso de negación  de un ser trascendente. Es la formalización más radical  y más extrema de la increencia No es  lo mismo negación de Dios que negación del misterio. El ateísmo no niega la dimensión del misterio, la experiencia de lo sagrado, lo que niega es que esa experiencia  abogue necesariamente a un ser trascendente.

  • La Indiferencia Religiosa

La indiferencia religiosa  es uno de los fenómenos más generalizados de nuestro tiempo. Es la actitud de aquellas personas en cuya agenda en las 24 horas del día, en los  7 días de la semana, y en las  52  semanas del  año no entra Dios en ningún apartado.

  • La idolatría

  La idolatría no se mueve en el campo de la razón sino de los intereses, sobre todo de los intereses económicos. Es una constante histórica que desde Moisés, pasando por los profetas de la Biblia y últimamente desenmascarada por Jesús de Nazaret, se ha mantenido en los mismos parámetros. Es la mayor perversión de la religión y de Dios. Es la divinización de realidades temporales atribuyéndole los  viejos atributos que antiguamente se le daban a los dioses: omnipresencia, omnipotencia, omnisciencia, providencia ... etc.  Son creaciones humanas que dominan a todos sus súbditos, inclusos a sus creadores.

Su característica fundamental es poseer todos los poderes de Dios, sin aparecer como Dios, pasando inadvertido su  poder  divino. Exige, como los antiguos dioses sacrificios, incluso sacrificios humanos.

Hay  ídolos  en la raza, la etnia, la nacionalidad, la religión vivida de forma fundamentalista... pero hoy el ídolo por excelencia,  omnipresente en nuestras vidas y en toda nuestra sociedad globalizada,  es  EL MERCADO

El mercado es hoy un dios monoteísta que tiene todas las características  de un sistema de creencias que sustenta un ser trascendente. Como toda religión tiene sus dogmas: el pensamiento único. Sus textos sagrados: los escritos de los economistas oficiales. Sus lugares sagrados: Bancos, Cajas, Bolsas, supermercados, grandes superficies etc. Lugares que imponen un cierto respeto y que exigen comportamientos y actitudes de humillación propias de los lugares sagrados.. Sus expresiones sagradas: sacramentos o encuentros sagrados. Sus ministros: banqueros, jefes de empresas, economistas. Sus sumos sacerdotes: ministros de economía, de hacienda, los que dirigen los organismos internacionales como el FMI. , BM, OMC etc. Todos ellos pasan desapercibidos porque visten de paisano y la mayoría de ellos nadie los conoce. No dominan territorios sino personas que producen y consumen según sus directrices y sus intereses. Este ídolo, como el de las religiones antiguas, necesita de sacrificios, y sacrificios humanos,  como el dios Moloc. Para que el mercado progrese en unos cuantos privilegiados exige el sacrificio de muchos que van quedando abandonados a su suerte en la cuneta. De 40 a 50 millones que mueren a diario de hambre en las exigencias del altar de su economía.

Sacrifica, además, la vida de la naturaleza a través de la tala de grandes bosques, polución atmosférica etc. Necesita, como los antiguos dioses, personal cualificado para defender las islas de sus adoradores y servidores: la policía, los guardaespaldas, los ejércitos... Y de condicionamientos para mantener  silenciados y aplastados a muchas personas e incluso países y continentes  que no interesan y que son silenciados  porque no son relevantes económicamente.

  • El retorno de los dioses

Es algo que se ha producido contra todo pronóstico. Tuvo lugar a mediado de los años 70, cuando todos los sociólogos de la secularización  hablaban de un fin de siglo que acabaría con la religión, algo que se presentaba como justificado y necesario. Me refiero al renacimiento de los fundamentalismo  en las tres religiones monoteístas:  el Islámico a partir de  la revolución de Jomeini;  el Judío a partir de los grupos neoortodoxos que implantaron la teología del  Pueblo elegido y a partir de esa teología hicieron la vida imposible, negaron el territorio a los palestino y a los que hasta en nuestros días siguen masacrando;  y el Cristianismo  con un conservadurismo que se ha impuestos en las últimas décadas. La revolución  fundamentalista y neoconservadora se ha impuesto en todos los campos y en todos los escenarios mundiales políticos, religiosos y cultural. Comenzó en la década de los 80 controlada y dominada por tres grandes hombres: Juan Pablo II, Margaret Tacheht  y Regan y continua con sus más y sus menos hasta nuestros dias.  El problema del retorno de estos dioses  o religiones es que no resurge en lo que en ellas hay de más auténtico: el espíritu solidario, el amor a los más desfavorecidos, la actitud compasiva etc. sino más bien lo que  emerger es la intolerancia, la violencia, la discriminación de género etc.

3.- ¿QUE FUTURO TIENE DIOS?

Ante este panorama tan sombrío, tan poco esperanzador y al mismo tiempo como algo que se nos presenta  como fenómeno irreversible ¿podemos hablar de un futuro optimista refiriéndonos a  Dios?

No pretendo ser adivino. Solo quisiera, ahondando en lo que de más auténtico encontramos en el cristianismo y en las diversas religiones,  me atrevería a señalar estos caminos

  • Locuacidad del testimonio

El futuro de Dios va a depender más que de las condiciones externas,  del ambiente socio-cultural-político, puede ser y  va a ser una realidad por  la capacidad de las personas y comunidades de creyentes   para testimoniarlo y dar razón de él. Creo que es la clave de la bóveda del futuro de Dios.

No podemos esperar  condicionamientos externos que ayuden, que creen un clima favorable, para que Dios vuelva a estar presente como antes en la sociedad. El clima de secularización e increencia que existe va a seguir aumentando de forma irreversible. La condición de posibilidad para un futuro digno de Dios en nuestra sociedad está  precisamente en el testimonio, en la locuacidad del testimonio,  que  podamos dar los que nos decimos creyentes.

  • Creyentes místicos

  Rhaner dijo que el Siglo XXI sería místico o no sería. Con esta frase se activaron las reservas más fecunda y más ricas que tienen todas las religiones, que es el horizonte de la mística, como encuentro de la divinidad en la profundidad del ser humano sin intermediarios y en una comunicación  directa, personal y confiada. La mística no es solo un fenómeno religioso. El centro de  la mística es Dios. La mística es un encuentro con Dios sin intermediarios. En la místicas nos unimos e igualamos  los hombres de todas las religiones. Es muy difícil distinguir un místico de una religión y de otra. Nunca en la 20 siglos de nuestra historia hemos conocido una guerra entre místicos, ni siquiera podemos hablar de pequeños enfrentamientos entre ellos.

  • Fe en un Dios liberador.

El Dios  al que se llegaba a través de razonamientos filosóficos como los de San Anselmo, el Dios encorchetados en dogmas, credos y definiciones dogmáticas, el Dios que solo se puede entender y al que solo se puede acceder por sus  ministros,  todos varones, considerados como personas sagradas y revestidos de poderes sagrados,  ha pasado definitivamente a la historia. Se impone la fe y el hacer presente en nuestras vidas  un Dios con entrañas de misericordia. Es la más auténtica y genuina  imagen de Dios que se nos muestra en el Éxodo.  “He oído el grito de mi pueblo, he visto su sufrimiento, me he compadecido y voy a liberarlos” Es el Dios de los profetas “que detesta el humo de los sacrificios y las grasas de las ofrendas, para quien el centro de la religión está en “atender a la viuda, al huérfano y al extranjero. Es el Dios del que se habla en la Teología de la liberación.

  • En una espiritualidad interreligiosa.

Vivimos una época de pluralismo cultural. Siempre ha existido, pero nos hemos empeñado en no verlo o, si lo reconocíamos era para  descalificarlos y condenarlo  como algo idolátrico, fanáticos, personas que estaban en el error, que tenían muy difícil la salvación y ante quienes había que defenderse.

Hoy se impone el respeto a todas las religiones en una actitud de espiritualidad interreligiosa y un diálogo interreligioso. Dios se ha manifestado de múltiples  formas y a través de múltiples mediadores y ofreciendo múltiples  caminos de salvación. Todo lo que sea reducir  las imágenes de Dios, las manifestaciones de Dios,  a un único Dios y una única religión es un empobrecimiento del mundo de lo divino y del mundo del misterio. Si queremos que Dios tenga futuro en nuestra sociedad es imprescindible cultivar actitudes de diálogo y de encuentro con otras religiones, de tratar de enriquecernos con lo que de bueno y positivo hay en ellas, de convivencia y propuestas  comunes para mejorar la sociedad, de oración en común con todo lo que hay de común, que es mucho, en todas las religiones y personas religiosas.  


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