CONFERENCIA
DEL TEÓLOGO JUAN JOSE TAMAYO Resumen
enviado por Manolo González Santiago El
Futuro de Dios en nuestra sociedad ha sido un título acertado porque es
importante tomar conciencia de que, a través de los medios de comunicación,
pastorales y documentos eclesiásticos, se hable más
hoy de la Iglesia que de Dios, del futuro del papado que del futuro de
Dios, de las crisis de las instituciones que de la crisis de muchos en su fe en
Dios. Y Dios es más importante que la Iglesia, aunque ésta con bastante
frecuencia
se interfiera en su camino, le suplanta y le quita protagonismo. Y
Dios es un tema importante porque es un hecho cultural y porque en muchos de
nosotros y en muchos en nuestro entorno
lo están
viviendo
en una experiencia vital, profunda y radical No
quiero en esta charla hacer de adivino sobre el futuro de Dios. Quiero, más
bien, hacer un esbozo de análisis socioreligioso de nuestra cultura en relación
con el problema de Dios viendo cual es la temperatura de la creencia-increencia.
Para a continúan
decir algo también acerca del futuro de Dios en nuestra sociedad en los
espacios de la mística, la liberación y
del diálogo
y espiritualidad
con las distintas religiones. 1.-
EL FENÓMENO DE LA SECULARIZACIÓN Antes
de hablar de la creencia e increencia creo necesario destacar
un fenómeno peculiar de nuestra sociedad: la secularizaciónde.
Objetiva,
de la sociedad e instituciones, y subjetiva, apelación a la conciencia
sin necesidad de que ésta se someta a dictámenes superiores, a verdades
reveladas, a ideas trascendentes. La
secularización es fruto de un cambio de paradigma con relación a lo
sobrenatural. Han cambiado los paradigmas en la astronomía, la medicina, la
economía. la política ... también con relación a Dios. Es fruto de
conocimientos y maduración de la sociedad.
Un fenómeno que se ha venido gestando a lo largo de los cuatro últimos
siglos en la cultura occidental
Una necesidad histórica que ha durado más de lo debido
el hacerse realidad. (Justamente
ha supervivido desde el año 380 en que Teodosio el Grande en el Edicto
de Tesalónica
convierte la religión católica en religión del Estado hasta el
Concilio Vaticano II) .
La muerte de la cristiandad, de nuestro
nacionalcristianismo, era una muerte anunciada. Hoy la secularización se
nos presenta como un signo irrenunciable de nuestra cultura. Signo positivo de
manera global. Consiste
la secularización en la emancipación de las realidades temporales, es decir,
de todos los campos de la existencia humana -el campo del saber, del tener, del
quehacer, de la política, la ética, la economía -
de la tutela religiosa. En la secularización se vive la realidad humana
con su propia autonomía y no precisa de la validación religiosa para
que tenga su
reconocimiento, su sentido y su orientación Con
la secularización la fe-increencia
pasa a ser un fenómeno privado, algo que se mueve en el ámbito interior
de las
personas y donde tiene su propio espacio es en el culto. La religión y
con la religión Dios, ha sido excluido, eliminado del ámbito público tanto
social como cultural y político. Dios
es una experiencia que se vive en el interior de las personas y en el
interior del templo. Ser creyente o no creyente, no se presenta como un valor,
ni da ni quita, no es relevante hoy socialmente Fue
reconocida por el Concilio Vaticano II. El Concilio ha reconocido por primera
vez en la historia la autonomía de las realidades temporales y ha tomado una
postura de diálogo con ellas. Hablando concretamente de ateísmo, más que
condenarlo y dar pautas para defenderse e incluso atacarlo, nos hace ver como en
su génesis los cristianos tenemos gran parte de
responsabilidad y culpa. Y ello, dice, porque los cristianos: -
hemos
velado en vez de revelado el verdadero rostro de Dios -
no hemos
dado testimonio con hechos de lo que confesábamos de palabra -
y no hemos
presentado de forma adecuada
la verdadera imagen de Dios. CONSECUENCIAS DEL FENÓMENO DE LA SECULARIZACIÓN. Desmoronamiento
de la cristiandad la principal y más larga encarnación histórica del
cristianismo. Con el fenómeno de la secularización la cristiandad ha muerto.
Con la secularización la religión deja de ser manifestación social
privilegiada. Dios pasa de la omnipresencia a la total ausencia; de la palabra
escuchada en todos los sectores sociales,
al silencio; de la compañía de Dios a la orfandad; de tener noticias de
Dios por doquier, a carecer de información alguna sobre Dios. Dios no es un
tema que aparezca en las portadas de periódicos y revistas, ni en los
noticieros de los medios de comunicación. El Concilio Vaticano II,
en palabras de José María González Ruiz, ha sido la tumba de la
cristiandad La
muerte de Dios. No es solo que se ha desmoronado la cristiandad, que el mundo se
ha desdivinizado, sino que,
a partir sobre todo de Nitsche,
parece que cada vez se ve más claro,
que Dios ha muerto. Ha muerto el Dios de la religión cristiana,
que ha
sustentado
toda la cultura de nuestro tiempo,
y el Dios de las diversas religiones. La
posibilidad de vivir la fe como mayores de edad. Es el aspecto positivo y
enriquecedor de la secularización.
La secularización ha creado un espacio privilegiado
para que las personas creyentes de distintas religiones podamos vivir
nuestra fe como adultos, sin tener necesidad de instancias superiores.
Nos ha hecho posible vivir la fe desde una perspectiva de subjetividad. Hoy ser
creyente exige vivir
en el lema de la ilustración “atrévete a pensar” . Pensar,
estudiar, confrontar ideas con otros no creyentes o creyentes en otras
religiones, hasta llegar a vivenciar una fe que se vive sin acondicionamientos
externos, pasando de aceptación de unas verdades y unas prácticas religiosas,
de una credulidad infantil
dirigida por otros,
a una
fe personal, subjetiva, vivida en la propia intimidad,
fruto de un quehacer interior personal. Una fe abierta y dialogante
con otros que se hacen otros planteamientos religiosos y que la podemos
vivir dando
razón de ser y sentido a nuestra vida 2.-
LA CREENCIA-INCREENCIA
El
ateismo es un acto expreso de negación
de un ser trascendente. Es la formalización más radical
y más extrema de la increencia No es
lo mismo negación de Dios que negación del misterio. El ateísmo no
niega la dimensión del misterio, la experiencia de lo sagrado, lo que niega es
que esa experiencia
abogue necesariamente a un ser trascendente.
La
indiferencia religiosa
es uno de los fenómenos más generalizados de nuestro tiempo. Es la
actitud de aquellas personas en cuya agenda en las 24 horas del día, en los
7 días de la semana, y en las
52
semanas del
año no entra Dios en ningún apartado.
Su
característica fundamental es poseer todos los poderes de Dios, sin aparecer
como Dios, pasando inadvertido su
poder
divino. Exige, como los antiguos dioses sacrificios, incluso sacrificios
humanos. Hay
ídolos
en la raza, la etnia, la nacionalidad, la religión vivida de forma
fundamentalista... pero hoy el ídolo por excelencia,
omnipresente en nuestras vidas y en toda nuestra sociedad globalizada,
es
EL MERCADO El
mercado es hoy un dios monoteísta que tiene todas las características
de un sistema de creencias que sustenta un ser trascendente. Como toda
religión tiene sus dogmas: el
pensamiento único. Sus textos sagrados:
los escritos de los economistas oficiales. Sus lugares sagrados: Bancos, Cajas, Bolsas, supermercados, grandes
superficies etc. Lugares que imponen un cierto respeto y que exigen
comportamientos y actitudes de humillación propias de los lugares sagrados..
Sus expresiones sagradas: sacramentos
o encuentros sagrados. Sus ministros:
banqueros, jefes de empresas, economistas. Sus sumos
sacerdotes: ministros de economía, de hacienda, los que dirigen los
organismos internacionales como el FMI. , BM, OMC etc. Todos ellos pasan
desapercibidos porque visten de paisano y la mayoría de ellos nadie los conoce.
No dominan territorios sino personas que producen y consumen según sus
directrices y sus intereses. Este ídolo, como el de las religiones antiguas,
necesita de sacrificios, y sacrificios humanos,
como el dios Moloc. Para que el mercado progrese en unos cuantos
privilegiados exige el sacrificio de muchos que van quedando abandonados a su
suerte en la cuneta. De 40 a 50 millones que mueren a diario de hambre en las
exigencias del altar de su economía. Sacrifica,
además, la vida de la naturaleza a través de la tala de grandes bosques,
polución atmosférica etc. Necesita, como los antiguos dioses, personal
cualificado para defender las islas de sus adoradores y servidores: la policía,
los guardaespaldas, los ejércitos... Y de condicionamientos para mantener
silenciados y aplastados a muchas personas e incluso países y
continentes
que no interesan y que son silenciados
porque no son relevantes económicamente.
Es
algo que se ha producido contra todo pronóstico. Tuvo lugar a mediado de los años
70, cuando todos los sociólogos de la secularización
hablaban de un fin de siglo que acabaría con la religión, algo que se
presentaba como justificado y necesario. Me refiero al renacimiento de los
fundamentalismo
en las tres religiones monoteístas:
el Islámico a partir de
la revolución de Jomeini;
el Judío a partir de los grupos neoortodoxos que implantaron la teología
del
Pueblo elegido y a partir de esa teología hicieron la vida imposible,
negaron el territorio a los palestino y a los que hasta en nuestros días siguen
masacrando;
y el Cristianismo
con un conservadurismo que se ha impuestos en las últimas décadas. La
revolución
fundamentalista y neoconservadora se ha impuesto en todos los campos y en
todos los escenarios mundiales políticos, religiosos y cultural. Comenzó en la
década de los 80 controlada y dominada por tres grandes hombres: Juan Pablo II,
Margaret Tacheht
y Regan y continua con sus más y sus menos hasta nuestros dias.
El problema del retorno de estos dioses
o religiones es que no resurge en lo que en ellas hay de más auténtico:
el espíritu solidario, el amor a los más desfavorecidos, la actitud compasiva
etc. sino más bien lo que
emerger es la intolerancia, la violencia, la discriminación de género
etc. 3.- ¿QUE FUTURO
TIENE DIOS? Ante
este panorama tan sombrío, tan poco esperanzador y al mismo tiempo como algo
que se nos presenta
como fenómeno irreversible ¿podemos hablar de un futuro optimista
refiriéndonos a
Dios? No
pretendo ser adivino. Solo quisiera, ahondando en lo que de más auténtico
encontramos en el cristianismo y en las diversas religiones,
me atrevería a señalar estos caminos
El
futuro de Dios va a depender más que de las condiciones externas,
del ambiente socio-cultural-político, puede ser y
va a ser una realidad por
la capacidad de las personas y comunidades de creyentes
para testimoniarlo y dar razón de él. Creo que es la clave de la bóveda
del futuro de Dios. No
podemos esperar
condicionamientos externos que ayuden, que creen un clima favorable, para
que Dios vuelva a estar presente como antes en la sociedad. El clima de
secularización e increencia que existe va a seguir aumentando de forma
irreversible. La condición de posibilidad para un futuro digno de Dios en
nuestra sociedad está
precisamente en el testimonio, en la locuacidad del testimonio,
que
podamos dar los que nos decimos creyentes.
El
Dios al
que se llegaba a través de razonamientos filosóficos como los de San Anselmo,
el Dios encorchetados en dogmas, credos y definiciones dogmáticas, el Dios que
solo se puede entender y al que solo se puede acceder por sus
ministros,
todos varones, considerados como personas sagradas y revestidos de
poderes sagrados,
ha pasado definitivamente a la historia. Se impone la fe y el hacer
presente en nuestras vidas
un Dios con entrañas de misericordia. Es la más auténtica y genuina
imagen de Dios que se nos muestra en el Éxodo.
“He oído el grito de mi pueblo, he visto su sufrimiento, me he
compadecido y voy a liberarlos” Es el Dios de los profetas “que detesta el
humo de los sacrificios y las grasas de las ofrendas, para quien el centro de la
religión está en “atender a la viuda, al huérfano y al extranjero. Es el
Dios del que se habla en la Teología de la liberación.
Vivimos
una época de pluralismo cultural. Siempre ha existido, pero nos hemos empeñado
en no verlo o, si lo reconocíamos era para
descalificarlos y condenarlo
como algo idolátrico, fanáticos, personas que estaban en el error, que
tenían muy difícil la salvación y ante quienes había que defenderse. Hoy
se impone el respeto a todas las religiones en una actitud de espiritualidad
interreligiosa y un diálogo interreligioso. Dios se ha manifestado de múltiples
formas y a través de múltiples mediadores y ofreciendo múltiples
caminos de salvación. Todo lo que sea reducir
las imágenes de Dios, las manifestaciones de Dios,
a un único Dios y una única religión es un empobrecimiento del mundo
de lo divino y del mundo del misterio. Si queremos que Dios tenga futuro en
nuestra sociedad es imprescindible cultivar actitudes de diálogo y de encuentro
con otras religiones, de tratar de enriquecernos con lo que de bueno y positivo
hay en ellas, de convivencia y propuestas
comunes para mejorar la sociedad, de oración en común con todo lo que
hay de común, que es mucho, en todas las religiones y personas religiosas. Volver al sumario del Nº 6 Volver a Principal de Discípulos
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