Ya van dos años del nuevo siglo XXI y el Mundo sigue cruel y solidario, injusto y esperanzado. Todavía hay guerra y hay imperio, y el imperio ha inventado la guerra preventiva. Todavía el Mundo se divide por lo menos en tres: Primero, Tercero y Cuarto. El hambre, la pobreza, la corrupción y la violencia han aumentado; pero han aumentado también la conciencia, la protesta, la organización, la voluntad explícita de alternatividad. Aquel
sello místico que Rahner profetizaba para este siglo nuevo aparece, sin duda,
con muchos rostros, en confusión y en diálogo también. Las Religiones cada
vez más son pluralismo religioso, y habrán de ser convivencia e intercambio.
La fe se refracta en mil nombres y mil búsquedas, y la fe convivida
fraternalmente será el gran soporte de la esperanza humana. Dios
está a la vista. Está a la vista la Humanidad nueva. Hay
una creciente, incontrolable, ansia de cambio. En mensajes y foros y plataformas
la consigna básica es: “!Queremos otra cosa!”. Queremos otro Mundo, porque
otro Mundo es posible, y es necesario y urgente. Un Mundo uno, sin primeros ni
terceros, sin imperios y sin genocidios, sin lucros sanguinarios y sin
exclusiones desesperantes. Queremos otra América, decimos concretamente aquí;
sin dominaciones y sin alcas, en fraterna Unión. Queremos otra Iglesia también,
sin “clases”, sin centralismos, sin rencillas denominacionales. En
el Mundo esta voluntad de cambio se expresa simbólicamente en el Forum Social
Mundial y en los foros regionales. En Nuestra América, el cambio más
significativo se llama ahora Lula, con proyección de esperanza para todo el
Continente. En la Iglesia las inquietudes están convergiendo en la propuesta de
un proceso conciliar, que parecerá inoportuna a ciertos espíritus
involucionistas, y que sin embargo traduce muy eclesialmente la voluntad
multitudinaria de ser y de hacer otra Iglesia: más al lado de los pobres del
Reino, más inculturada, más samaritana, más sinodal, más corresponsable, más
fraterna. No es ninguna inoportunidad soñar con el Concilio Vaticano III o con
el México I o con el Bombay bien asiático... La
verdad es que estamos cansados de dominación y de falta de transparencia, en
las diferentes esferas públicas y en las secretas esferas personales. Este
nuestro Mundo y este nuestro pequeño corazón, tan malos al parecer, llevan una
profunda carga de buena voluntad, de sed de Verdad, de hambre de Vida y de Dios.
Los signos de los tiempos, a pesar de tantos antisignos, son más bien
luminosos, esperanzadores. Como dice el proverbio sefardí, “la hora más
oscura es cuando está por amanecer...” En
esta Prelatura de São Félix do Araguaia, nuestra adolescente Iglesia
particular, estamos de cambio también. Este año completo yo los 75 y, como es
de rigor canónico, renuncio a la mitra. Hemos tenido en los últimos meses un
período bastante fecundo de “transición”, con las Asambleas regionales y
la promulgación del Manual -objetivo, actitudes, normas- que es referencial y
guía de nuestra “caminhada”. En
esta hora y con esta breve circular, quiero agradecer, en nombre de todo el
Pueblo de la Prelatura y de todo el Equipo
Pastoral, la solidaridad, la colaboración, la presencia, gratuita e
incondicional, de tantas amistades e instituciones que vienen acompañándonos y
posibilitando nuestra misión y sus estructuras de servicio. En primerísimo
lugar, recordamos evidentemente a los/las agentes de pastoral que aquí
soportaron “el peso del día y del calor”, y me soportaron a mí. La lista,
de agentes y amistades, es demasiado larga para citar nombre por nombre. Dios
los tiene escritos todos en el Libro de la Vida. Algunas amistades y entidades
nos vienen acompañando desde la primera hora y sobre todo nos han acompañado
en las horas de la represión y de la incomprensión. Yo se que nuestras
amistades y esas entidades - vosotros, vosotras, ustedes - continuarán siendo
amistad, solidaridad, presencia, para la Prelatura de São Félix do Araguaia.
Somos ya todos/todas gente de casa, empresa de familia, una parcela, pequeñita
pero estimulante, del Reino de Dios “entre el Araguaia y el Xingu, el Pará y
el Travessão”. Personalmente
me siento como quien espera en una parada de bus, sin saber bien ni la hora ni
el destino inmediatos, pero, en todo caso, sabiendo que continuaremos en comunión
el humilde viaje humano hacia la Casa paterno-maternal. El
proverbio sefardí habla de la luz del amanecer; un proverbio universal dice que
en la hora del ocaso ninguna luz ofusca... Hago míos en esta hora unos versos
de “El hombre de la Mancha”, que me traducen expresivamente: “Soñar
otro sueño imposible. ¡Cuántas
guerras tendré que vencer por un poco de paz! Y
en esta hora, y en todas las horas, valga sobre todo la consigna que las
Hermanitas de Jesús nos han recordado, celebrando en la Prelatura sus 50 años
de presencia en medio del pueblo Tapirapé: “Gritar el Evangelio con la
vida”. No nos despedimos. Seguiremos unidos, en la Paz militante del Reino. Volver al sumario del Nº 6 Volver a Principal de Discípulos
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