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Discipulado - Nº 6 - Abril 2003

  "En esto
   conocerán
   todos que sois
   mis discípulos,
   en que os amáis
   unos a otros."

          
Juan 13, 35

 

¿Cómo anunciar la resurrección de Jesús en el momento actual?

José Luis Graus Pina

josete@bch.navegalia.com

“¿Por qué buscáis entre los muertos al que ha resucitado?.

El momento que estamos viviendo es un momento especialmente complejo, la realidad habla sobre todo de muerte y de miseria. Nos llegan los ecos de la mal llamada guerra de Irak, pero el mundo tiene cientos de heridas abiertas que derraman de modo constante la sangre de cientos de miles de personas. Existe una muerte biológica, pero sobre todo existe una muerte estructural que se nutre de forma insaciable del dolor y del sufrimiento de muchas personas, cada vez más.

Como creyentes nos surge la pregunta de cómo anunciar la resurrección de Jesús en medio de este mundo, pero quizás antes deberíamos preguntarnos sobre qué resurrección anunciamos.

Que Dios Padre resucite a Jesús significa que la muerte no va a tener la última palabra, que la muerte ya ha sido vencida, pero vemos que eso aún hoy es difícil de ver y de manifestar.

Por eso para los creyentes la resurrección de Jesús es anuncio de buena noticia, pero es sobre todo denuncia. Denuncia porque a nuestro lado la muerte sigue conquistando espacios, denuncia porque no somos testigos de la Esperanza que nos viene de Dios, denuncia porque nuestro estilo de vida se sigue haciendo cómplice por acción u omisión del pecado que mata, denuncia porque nuestra Fe es frágil a la hora de creer en la Vida, denuncia porque nuestro Amor, no acaba de encontrar su fuente en el Amor que se nos regala incondicionalmente.

La resurrección de Jesús nos llena de alegría pues todo lo que nos dijo Dios a través de los tiempos se hizo realidad en el maestro y por su gracia nosotros lo hemos experimentado, pero también nos confiere una gran responsabilidad; la de ser instrumentos de resurrección.

Cuando acudimos al sepulcro y descubrimos que el sepulcro está vacío, la certeza de que el Maestro está vivo nos inunda, pero inmediatamente debemos ponernos manos a la obra por hacer posible la vida allí dónde sigue reinando la muerte.

¿Cuántas circunstancias de muerte nos abordan a lo largo del día?. En ese momento debemos dejarnos impulsar por la fuerza del Espíritu de Jesús resucitado y convertirnos en verdaderos instrumentos de resurrección. Decir y hacer en pro de la Vida, pues si Dios está con nosotros, quién contra nosotros...

La resurrección se convierte de este modo en imperativo y exigencia para todos los creyentes, el Reinado de Dios que es nuestra tarea prioritaria está sustentado sobre la Vida resucitada de Cristo y no hay Reinado sin Vida.

Por eso es cada vez más necesario trabajar por la Vida frente a la guerra, pero también frente a la pobreza, frente a la marginación, frente a la exclusión, frente a la injusticia, frente a la miseria, frente al abandono, frente a la soledad, frente al desempleo, frente a la violencia doméstica, de género, o en cualquiera de sus manifestaciones, frente a la miseria, frente al egoísmo, frente a la indiferencia, frente a los poderosos, frente a nuestra propia mediocridad y nuestro propio pecado, frente a ....

Un año más junto a las mujeres hemos ido al sepulcro y estaba vacío, ¿qué vamos a hacer?


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