El caso de Marciano Vidal César Rollán En las últimas semanas de Mayo de 2001 ha saltado a la actualidad el caso de Marciano Vidal, un teólogo español de gran prestigio en el campo de la Teología Moral. Reproducimos aquí diversos recortes de prensa para que el lector pueda hacerse una idea y juzgar por sí mismo, a la vez que, desde nuestra opción de trabajar por la libertad de expresión en cuestiones teológicas discutibles, nos solidarizamos con este hermano silenciado.
Aclaración
vaticana ante las tesis del moralista español Marciano Vidal CIUDAD DEL VATICANO ¿Aprueba la Iglesia católica
la fecundación artificial? ¿Acepta leyes que despenalizan el aborto? ¿Es «provisional»
su doctrina sobre la homosexualidad? Estas y otras preguntas han sido
presentadas por católicos de varios países a la Congregación para la Doctrina
de la Fe, tras haber leído los libros del moralista español Marciano Vidal,
informa Zenit. De hecho, en ocasiones, los
libros de este sacerdote, profesor ordinario de Teología Moral en la
Universidad Pontificia de Comillas y en el Instituto Superior de Ciencias
Morales (Madrid), como «Moral de actitudes» o «Diccionario de ética teológica»,
dan a entender que la posición de la ética cristiana en estos argumentos es
relativa. Se trata de textos que en algunos seminarios de España, América
Latina e Italia han sido utilizados por seminarios como libros de teología
moral «católica». Obviamente cualquier persona
puede decir y pensar lo que considera oportuno sobre estas materias, pero dado
que los libros del religioso redentorista son presentados como «católicos» y
distribuidos por centros de teología «católica», la Santa Sede tiene la
obligación de aclarar aquellos puntos que no se conformen propiamente con la
doctrina «católica». Por este motivo, la Congregación
para la Doctrina de la Fe ha mantenido en los últimos cuatro años numerosos
contactos oficiales con el autor con el objetivo de ayudar a aclarar la exposición
de su pensamiento. El mismo organismo Vaticano ha explicado que el autor ha
demostrado claramente su colaboración en todo este proceso. La cuestión fundamental, según
el documento de la Congregación vaticana, que lleva la firma de su prefecto, el
cardenal Joseph Ratzinger, y de su secretario, el arzobispo Tarcisio Bertone,
está en que para Vidal el cristianismo ofrece un «influjo», un «contexto»,
una «orientación», un «nuevo ámbito de referencia» a la moral, pero
despoja de normatividad ética concreta a la revelación de Dios en Cristo. Y al
no haber una Norma moral, los «contenidos» de la Revelación cristiana se
convierten en relativos, al menos esta podría ser la conclusión que sacan los
lectores. Homosexualidad «De este modo --constata la «Notificación»--,
el autor sostiene, por ejemplo, que la doctrina de la Iglesia sobre la
homosexualidad posee ciierta coherencia, pero no goza de suficiente fundamento bíblico
y adolece de importantes condicionamientos y ambigüedades». «En ella se encuentran los
fallos que pueden advertirse «en todo el edificio histórico de la ética
sexual cristiana», afirma el mismo Vidal. «Estos juicios morales no son
compatibles con la doctrina católica, para la que existe una valoración
perfectamente clara y firme sobre la moralidad objetiva de las relaciones
sexuales entre personas del mismo sexo», explica el texto. «El grado de imputabilidad
subjetiva que esas relaciones puedan tener en cada caso concreto es una cuestión
diversa, que no está aquí en discusión», aclara. Norma y conciencia
La enseñanza del Magisterio
tampoco tiene razón de ser en el caso del autoerotismo, o la anticoncepción. En este último caso, por
ejemplo, entre los diversos criterios ofrecidos por el autor para guiar el
discernimiento de los cónyuges que se plantean asumir métodos anticeonceptivos,
no se encuentra el valor objetivo y vinculante de la norma moral contenida en la
«Humanae vitae» y en los demás documentos del Magisterio pontificio
anteriores y posteriores a ella. Con estos criterios, el teólogo
aprueba la fecundación «in vitro» homóloga (es decir, sin la intervención
de una persona externa a la pareja), sin tener en cuenta los interrogantes
morales objetivos expuestos por la Iglesia. Leyes despenalizadoras del
aborto En el caso del aborto, el autor
da una valoración negativa «en términos generales», pero considera que «no
toda liberalización jurídica del aborto es contraria frontalmente a la ética».
Ahora bien, en sus libros, anota el documento de la Santa Sede, «al lector no
le es posible entender qué tipo de leyes despenalizadoras del aborto se
consideran "no contrarias frontalmente a la ética"». Nuevo manual de teología
moral Para evitar que estas y otras
propuestas mencionadas por la «Notificación» se conviertan en materia
expuesta como doctrina «católica» por universidades pontificias, seminarios e
instituciones que se dicen oficialmente «católicas», la Congregación para la
Doctrina de la Fe propone que, tras el contacto que ha mantenido con el padre
Vidal en estos años, él mismo escriba un nuevo manual «apto para la formación
de los estudiantes de teología moral». En este cometido, Vidal contará
con la colaboración de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal Española.
«La Congregación --concluye el documento--, con esta "Notificación", desea al mismo tiempo animar a los teólogos moralistas a proseguir en el ccamino de renovación de la Teología moral, en especial de profundización en la moral fundamental y de rigor en el método teológico-moral, conforme a las enseñanzas de "Veritatis splendor", y con ese verdadero sentido de responsabilidad eclesial». COMISIÓN
EPISCOPAL PARA LA DOCTRINA DE LA FE CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA 15/05/
2001 A propósito de la Notificación La Congregación para la Doctrina de la Fe hace pública hoy una Notificación
sobre algunos escritos del Rev. P. Marciano Vidal, C.Ss.R. aprobada por el
Papa Juan Pablo II el pasado mes de febrero y conocida ya por el P. Vidal. Se
concluye así un largo proceso de examen y de diálogo sereno y provechoso
comenzado en 1997 por la Congregación. Durante este tiempo el P. Marciano Vidal
ha tenido la oportunidad de explicar en más de una ocasión sus opiniones con
las ayudas previstas y en el modo dispuesto para estos casos y ha aceptado el
juicio doctrinal formulado por la Congregación. La disponibilidad manifestada
por el Autor para corregir los errores y ambigüedades que se hallan en algunos
de sus escritos se ha concretado finalmente, para satisfacción de todos, en la
aceptación de reelaborar, en especial, su obra titulada Moral de Actitudes,
bajo la supervisión de esta Comisión Episcopal. Nos congratulamos de los resultados positivos de este proceso que
si, como es obvio, implican algunas renuncias, dejan también vislumbrar una
generosidad que promete rendir buenos frutos en favor del progreso de la
renovación de la teología moral al servicio de los fieles, los pastores y los
profesores. En orden a animar dicho progreso, en agosto de 1997 publicamos una Nota
sobre la enseñanza de la moral, referida a la situación general en
España, en la que, a la luz de la encíclica Veritatis splendor,
exponemos sucintamente algunos aspectos básicos de la doctrina moral católica
y glosamos el servicio que la teología moral está llamada a prestar a la
Iglesia. “Hoy, en concreto -escribíamos- un problema crucial para la
teología y, en particular, para la teología moral, es el de la adecuada
comprensión y práctica de la libertad. Precisamente la carta encíclica Veritatis
splendor ha señalado como humus cultural de los graves problemas que hoy se
plantean a la teología la pretensión de erradicar la libertad humana de su
relación esencial y constitutiva con la verdad. La teología moral no puede dar
por supuesto que todo lo que las ciencias del hombre entienden hoy por libertad
sea acorde con la libertad anunciada y posibilitada por la Verdad del
Evangelio.” El trabajo teológico no es, ciertamente, un mero transmisor o
altavoz del Magisterio. La función teológica en la Iglesia arranca también
originariamente del mandato de Cristo de evangelizar a todos los pueblos, pues
la teología ofrece una contribución insustituible a la comunicación y a la
inteligibilidad de la verdad de la fe. En este sentido, no hay Magisterio
episcopal sin teología. Pero tampoco hay teología católica sin Magisterio, ya
que, como enseña el Concilio, “los obispos son los maestros auténticos, por
estar dotados de la autoridad de Cristo” (Lumen gentium 25) y, de un
modo especial, el obispo de Roma (cf. Ibid.). Con sus competencias
específicas, ambos ministerios, el episcopal y el teológico, son necesarios
para la obra evangelizadora de la Iglesia. La Congregación para la Doctrina de la Fe, a quien el Sucesor de
Pedro encomienda la vigilancia y la custodia de la fe, al ejercer su misión en
los modos previstos, no coarta desde fuera la libertad de la teología, sino que
le presta una ayuda específicamente teológica capaz de sostenerla en la
fidelidad libre a la Palabra del Evangelio en la interacción crítica con las
diversas culturas; al mismo tiempo, ofrece a la comunidad eclesial el servicio
de prevenirla ante opiniones no conformes con la doctrina católica que ponen en
peligro su unidad y su coherencia de vida cristiana. Confiamos en que el camino comenzado en el caso
del P. Marciano Vidal siga adelante como un verdadero ejemplo de colaboración
entre el ministerio episcopal y el teológico. Lo pide el bien de la Iglesia y
de su misión. En todo caso, es necesario recordar que no se enjuicia la
persona del Autor, ni su intención, ni la totalidad de su obra y de su
ministerio teológico. De entre sus numerosos escritos, fruto de un intenso
trabajo, sólo algunos deberán ser reelaborados, según el mismo Autor se ha
comprometido a hacer. Un
teólogo español, José
Manuel VIDAL En
el siglo XVII, un tribunal de la Inquisición de Florencia obligó al científico
Galileo Galilei a abjurar de rodillas por sostener que la tierra giraba
alrededor del Sol. Una herejía, según la Santa Curia. Y a Giordano Bruno le
quemaron en la hoguera por blasfemo, al no querer retractarse. En los albores
del siglo XXI, el teólogo español Marciano Vidal ha sido obligado por la
Congregación de la Santa Fe que dirige el pétreo cardenal Ratzinger a retirar
de sus obras algunas afirmaciones que la Curia vaticana considera incompatibles
con la doctrina moral católica. Vidal, cuya obra Moral de actitudes está
traducida a infinidad de lenguas y ha sido santo y seña de los teólogos más
aperturistas, ha teorizado desde el punto de vista teológico sobre cuestiones
como la masturbación, la homosexualidad, los métodos anticonceptivos o la
fecundación in vitro. El teólogo sostiene que no es «justo» calificar la
masturbación como «intrínsecamente mala», que la condena de la
homosexualidad no tiene un fundamento bíblico suficiente y que la píldora del
día siguiente no es un método abortivo y puede ser aceptable en situaciones de
especial gravedad. Son afirmaciones que seguramente suscribe la mayoría de los
católicos, aunque los guardianes de la ortodoxia las condenan como contrarias a
su moral. Vidal ha aceptado retractarse de esos pasajes de su obra. No tenía más
remedio. De lo contrario, se exponía a que le echaran de la docencia. Parece
mentira que a estas alturas de la Historia, la Iglesia católica cercene de esta
forma la libertad de criterio de sus teólogos y se cierre en banda a cambiar la
doctrina moral que imperaba en tiempos de Galileo. Obligado
a Retractarse Vuelve la caza de brujas teológica. El cardenal Ratzinger,
presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), a
través de su sucursal en España, condena «los errores y ambigüedades» de la
obra del teólogo moralista Marciano Vidal y le obliga a retractarse. Hace años
que este español de 64 años, una de las autoridades en la materia a nivel
mundial, se halla en el punto de mira del guardián de la ortodoxia. Hasta hace pocos años, en Roma
no se atrevían a censurarle porque contaba con el apoyo de muchos obispos españoles.
«Con la remodelación episcopal que se ha efectuado en España estos últimos años,
Marciano Vidal ha perdido el apoyo del episcopado y por eso, Roma le cae ahora
encima, en un intento de llevar la restauración a su culmen. Esto habla a las
claras del endurecimiento actual de la represión de los teólogos», explica un
moralista español, que prefiere guardar el anonimato para evitar represalias. La misma nota de la comisión
episcopal para la Doctrina de la Fe reconoce que «se concluye así un largo
proceso de examen y diálogo sereno y provechoso comenzado en 1997». Tras el diálogo,
Roma emite un veredicto de culpabilidad contra el moralista español. Eso
significa que éste tiene que retractarse y «corregir los errores y ambigüedades
que se hallan en algunos de sus escritos». El cardenal Ratzinger le obliga
en especial a «reelaborar su obra titulada Moral de actitudes, bajo la
supervisión de la comisión episcopal española». «¿Cómo van a supervisar
su obra monseñor Blázquez [obispo de Bilbao y presidente de la sucursal española
de la Congregación] y el jesuita Martínez Camino, si Marciano Vidal es una
autoridad de primerísima magnitud y sabe, por lo tanto, mucho más que ellos de
esta materia?», se indigna otro teólogo. ¿Cuáles son los «errores» que
tendría que corregir el teólogo español? Se trata, según los expertos, de
reelaborar toda su concepción moral de fondo, así como las aplicaciones que de
ella hace a las cuestiones de moral sexual. La obra más famosa de Marciano
Vidal, Moral de actitudes, ahora cuestionada, ha sido el santo y seña de
generaciones de seminaristas y curas de España y del extranjero desde los años
70. Está traducida a infinidad de lenguas, incluso al coreano. En ella
sostiene, en síntesis, que el pecado, más que un acto, es una actitud. Es
decir, que el pecado no es tanto un acto aislado como una actitud permanente. No
se peca por decir una mentira en un momento dado, sino por ser un mentiroso. De esta «opción fundamental»
derivan una serie de consecuencias para la vida moral y sexual. Por ejemplo, el
padre Vidal justifica en sus escritos la homosexualidad, la masturbación, la
anticoncepción y la fecundación artificial. Vidal reconoce que no «es justo»
calificar los actos de autoerotismo de acciones intrínsecamente malas. Sostiene
también que los «métodos interceptivos, es decir los que actúan después de
la fecundación y antes de la anidación, no son abortivos», en contra de la
doctrina episcopal sobre la píldora del día siguiente. A juicio de Vidal, «no se los
puede considerar como procedimientos moralmente lícitos para controlar la
natalidad. Sin embargo, son moralmente aceptables en situaciones de especial
gravedad, cuando es imposible recurrir a otros medios». Fundamento En cuanto a la homosexualidad,
Vidal explica que la doctrina de la Iglesia «no tiene un fundamento bíblico
suficiente». «Tales afirmaciones son incompatibles en el plano moral con
la doctrina católica, según la cual existe un juicio preciso y firme sobre la
moralidad objetiva de las relaciones sexuales entre las personas del mismo sexo»,
replica Ratzinger desde Roma. El Vaticano acusa al padre Vidal
de «alejarse de la doctrina de la Iglesia» también en otras cuestiones
morales, como la fecundación in vitro. Puesto entre la espada de Roma y
la pared de su obra, el teólogo no tuvo más remedio que aceptar «reelaborar
su obra». «No tenía otra opción. Si se niega, le retirarían la venia
docente y no podría enseñar ni en Comillas ni en el Instituto de Ciencias
Morales», dice uno de sus compañeros. Otro, en cambio, el padre Miguel Rubio,
señaló a este periódico: «No quiero dar carnaza a la prensa. No van a
conseguir enfrentarnos con los obispos. No quiero enciscar a un compañero». Como dice el presidente de la
Asociación de Teólogos Juan XXIII, Enrique Miret, «es una pena que condenen a
un moralista tan equilibrado que lo único que ha hecho es casar la moral
tradicional con los nuevos tiempos. Con estas medidas la Iglesia se está
desacreditando y no se da cuenta de que la gente se aparta cada vez más de ella».
Una nueva batalla en la guerra
teológica Marciano Vidal es el último teólogo
que sufre la censura del cardenal Ratzinger, pero no el único. En febrero de
este mismo año, el jesuita Jacques Dupuis fue acusado por monseñor Ratzinger
de escribir con ambigüedad, sostener tesis peligrosas y confundir los caminos
de la salvación en su libro Hacia una teología cristiana en el pluralismo. En esta obra, Dupuis trataba de
establecer nuevos vínculos entre las distintas religiones. Algo que chocaba con
el documento Dominus Iesus, firmado por Ratzinger en octubre de 2000, en el que
se proclamaba que la fe católica «es la única verdadera». «Dupuis se ha esforzado siempre
en permanecer dentro de la fe católica, aunque no siempre lo haya conseguido.
Sería deseable que pudiera continuar su trabajo, puesto que ha sido un pionero
del diálogo entre las religiones», se excusaba entonces el padre jesuita Peter
Hans Kolvenbach. La firma de Dominus Iesus provocó
bastante revuelo. Nada menos que 70 teólogos firmaron un manifiesto contra el
cardenal por respaldar este documento. Los teólogos calificaron Dominus
Iesus de «inoportuno» por «sacar a la luz viejos contenciosos que se creían
ya superados» y porque «abre una brecha entre las iglesias cristianas que
tardará tiempo en cerrarse». También acusaron a Ratzinger de
cuestionar «el pluralismo, que es uno de los factores fundamentales de la
cultura actual» y de ser insensible «a los logros alcanzados a lo largo de
varias décadas de actividad ecuménica».
EL
País, miércoles, 16 de mayo de 2001 El
Vaticano censura al teólogo Marciano Vidal por sus escritos sobre moral sexual JUAN
G. BEDOYA - Madrid En cuestiones de
moral Roma no se mueve ni acepta experimentos, según dejó claro ayer la
Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición),
que preside el cardenal Joseph Ratzinger. En esta ocasión, el procesado
ha sido el teólogo Marciano Vidal García, ex director del Instituto Superior
de Ciencias Morales de Madrid y profesor de la Universidad Pontificia de
Comillas. Según una 'notificación' publicada ayer por el Vaticano, Marciano
Vidal deberá reelaborar sus escritos de moral en la línea que le señale la
Congregación de Ratzinger. 'La disponibilidad
manifestada por el autor para corregir los errores y ambigüedades que se hallan
en algunos de sus escritos se ha concretado, finalmente, para satisfacción de
todos, en la aceptación de reelaborar[los], en especial su obra titulada Moral
de actitudes, bajo la supervisión de esta Comisión Episcopal'. Este es uno
de los párrafos del largo comunicado emitido ayer por la Comisión Episcopal
para la Doctrina de la Fe, dependiente de la Conferencia Episcopal Española,
que preside el cardenal Antonio María Rouco. La nota se titula A propósito
de la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre algunos
escritos del P. Marciano Vidal, y termina con la observación de que en el
proceso ahora concluido 'no se enjuicia la persona del autor, ni su intención,
ni la totalidad de la obra y de su ministerio teológico'. 'De entre sus
numerosos escritos, sólo algunos deberán ser reelaborados, segun el mismo
autor se ha comprometido a hacer', afirma la comisión que se ocupa de velar en
España por la ortodoxia católica. Marciano Vidal
García, redentorista, nació en la provincia de León hace 64 años y es uno de
los teólogos más prolíficos de España, con una gran relevancia en teología
moral. Perteneció a la Asociación de Teólogos Juan XXIII, de carácter
progresista, pero la abandonó precisamente para evitar conflictos con la
jerarquía, cuando ésta desautorizó a la citada asociación. Esa misma línea
de comunión con la jerarquía quedó ayer confirmada por el Vaticano al
anunciar que el teólogo acepta las recriminaciones de Ratzinger, y sus
correcciones. Pero el Vaticano
no fue ayer, precisamente, un dechado de cortesía hacia el teólogo español a
la hora de dar a conocer los resultados del proceso a que ha sido sometida su
obra desde 1997. A primera hora de la mañana, la oficina de prensa de la Santa
Sede distribuyó un comunicado con abundantes detalles sobre ese largo proceso y
sus consecuencias, y acusó a Marciano Vidal no sólo de ' ambigüedad', sino de
'errores', con una larga enumeración de estos, lo que dio pie a la Agencia
France Press (AFP) a titular su despacho sobre el asunto de esta manera:
'Llamado al orden un teólogo que justifica la homosexualidad y la masturbación'.
AFP añadía que Marciano Vidal justifica también la contracepción, la
fecundación artificial e, incluso, 'la liberalización jurídica del aborto'
porque 'no es contraria de manera directa a la ética católica'. La Congregación
para la Doctrina de la Fe y Marciano Vidal han dialogado, directamente o por
carta, antes de llegar a la resolución del proceso. Pero el teólogo sigue
activo. Precisamente ayer, la agencia de noticias de la Confederación Española
de Religiosos (Confer) anunció que impartirá un curso los días 17 y 18 de
este mes en Madrid, entre otros temas, sobre 'la situación de los cristianos
divorciados vueltos a casar, los católicos unidos sólo por matrimonio civil,
el bautismo de niños nacidos de una unión matrimonial irregular y sobre las
uniones de hecho o estables de pareja'. iConfer
(
Agencia española de noticias de vida religiosa) 17/05/
2001 Marciano
Vidal aboga por una moral de la benignidad En
un curso organizado por el Departamento de Pastoral de la CONFER Madrid,
17 mayo 2001 (IVICON).- El
teólogo Marciano Vidal García abogó hoy, jueves, por
una ética de la debilidad y del fracaso, dada la frágil condición del ser
humano, al tiempo que reclamó la aplicación del principio cristiano de la
gradualidad en la comprensión y vivencia de los valores morales, y la
benignidad pastoral de la moral cristiana frente al rigor moral. En un curso organizado por el Departamento de Pastoral de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en Madrid, Vidal, que ha sido objeto de una notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dada a conocer el pasado martes, aclaró que con esta propuesta “no se rechaza el ideal moral, pero se acepta su aplicación gradual”, teniendo en cuenta las dificultades y las limitaciones de la existencia humana, y aceptando, por tanto, la equivocación y el fracaso. En este sentido, el teólogo y religioso redentorista relativizó el éxito como norma moral porque “la moral no tiene como criterio el éxito y lo que nos hace buenos es el intento”. En
el primer día del curso, que se prolongará hasta mañana, Vidal analizó la
dimensión pastoral de la moral cristiana, a la que se refirió como “pastoralidad”,
que es “inherente a la reflexión teológico-moral y a la propuesta de la
verdad moral en sí misma”. Para
el moralista, la verdad moral objetiva se convierte en verdad salvífica cuando
“la moral objetiva es asumida y personalizada por la conciencia personal del
creyente y, en la medida de lo posible, de toda persona de buena voluntad”. Lo
cual exige que “en el discurso teológico-moral se haya de tener en cuenta no
sólo la pureza académica en el análisis de los problemas morales sino
también, y sobre todo, la búsqueda del mejor modo para que la verdad moral sea
subjetivizada por la conciencia personal”. Según
Vidal, esta opción no significa reducir la conciencia a un mero reflejo de la
norma objetiva, porque sigue siendo válido el principio básico, de acuerdo con
la enseñanza tradicional de la Iglesia, de la inviolabilidad de la conciencia
moral, especialmente cuando surgen auténticos conflictos de conciencia. Además,
el teólogo comentó que la moral cristiana no es una teoría sino una praxis
concreta, de tal manera que “en el planteamiento y en la solución de las
cuestiones morales concretas es necesario servirse de una metodología adecuada
a los objetivos pastorales, que constituyen la meta de toda moral de signo
eclesial”. HUMILDAD
Y PROVISIONALIDAD En
este sentido, Vidal explicó que la moral siempre ha sido uno de los campos más
difíciles del saber teológico, y que el teólogo moralista que quiera ser fiel
a su tarea “ha de equiparse de notables dosis de humildad, aún procurando
estar en continuo estudio de cuantos datos le pueden aportar los distintos
saberes antropológicos y teológicos, y atendiendo siempre a la voz iluminadora
del Magisterio eclesiástico”. Junto
a la humildad en la reflexión teológico-moral, Vidal defendió la
“provisionalidad en las cuestiones que no han recibido una iluminación clara
por parte del Magisterio eclesiástico o en aquellos aspectos de las cuestiones
ya iluminadas por el Magisterio que precisan de una ulterior profundización”. Citando
el Concilio Vaticano II, Vidal recordó que en relación con la complejidad y
diversidad de situaciones nuevas, avances científicos y cambios culturales en
que se encuentran los católicos en el mundo de hoy, la Iglesia “no tiene
siempre a mano una respuesta para cada cuestión”, si bien en una sociedad
compleja y “del riesgo” como la nuestra “es preciso tomar decisiones sobre
cuestiones de gran complejidad, y tomarlas con rapidez, sabiendo que de ellas
dependen resultados de amplio y largo alcance para un número cada vez mayor de
sujetos”. Para
dar “significación real” a la moral católica en una situación
histórico-cultural nueva, Vidal sugirió “repensar la moral cristiana en
diálogo con la cultura de nuestro tiempo”, porque “los mejores proyectos
teológico-morales son aquellos que nacen de un interés especial por ofrecer
una síntesis de moral cristiana en diálogo con los saberes acerca del
hombre”. Eso no significa revisar los “valores” cristianos básicos sino
las formas históricas de expresarlos, por lo que se podrían recuperar, entre
otras, las categorías tradicionales de “conciencia moral perpleja”,
“conflicto de deberes” y el uso de los medios con fines terapéuticos. Ahora
bien, Vidal se preguntó “cómo relacionar la norma objetiva propuesta por el
Magisterio con la peculiaridad de las situaciones conflictivas” que surgen de
la nuevas situaciones. Y contestó: “La solución no puede ser: ni negar la
validez de la norma objetiva, ni dejar de tener en cuenta el ‘peso humano’
que tienen tales situaciones conflictivas y que ha de ser asumido en la
subjetivización de la norma por parte del sujeto moral en cuestión”. Tras
el análisis de los principios morales, para mañana está previsto que Vidal
analice en el último día del curso la aplicación pastoral de estas
orientaciones y criterios a algunas de las situaciones llamadas
“irregulares”, entre ellas la de los cristianos divorciados y vueltos a
casar, los católicos unidos solo por matrimonio civil, los casos de bautismo de
niños nacidos de una unión matrimonial irregular, las uniones de hecho y
estables de pareja, las familias no matrimoniales y las uniones consensuadas. DECLARACIONES
A LA CADENA COPE En
su primera comparecencia ante un medio de comunicación tras la publicación de
la notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Vidal ha
declarado al programa El Espejo de la Vida Religiosa, de la Cadena
COPE, que se sentía “muy vocacionado para ser teólogo moralista en esta
Iglesia de hoy a la que trato de servir, ilusionado con mi tarea y comprometido
totalmente, no a medias, con ella”. Vidal
recordó las cuatro convicciones que manifestó el 2 de junio del pasado año
ante el los miembros de la congregación vaticana cuando señaló que “mi
convicción es hacer una Teología como servicio a la Iglesia, no en
contra ni al margen de ella; con la epistemología de la razón y la fe,
tal como señala el Concilio Vaticano II, la Sagrada Escritura, la tradición y
el Magisterio de la Iglesia; dentro del espíritu de san Alfonso Mª de
Ligorio, de una moral pastoral que trate de ser salvífica; y en la
situación presente, que necesita ser reformulada y replanteada, según ha dicho
el Vaticano II y muchas veces ha insistido Juan Pablo II”. Tras su intervención, Vidal advirtió que el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, “parece que se sintió realmente interpelado y, sobre todo, contento de mi profesión de convicciones básicas”. “Tengo la impresión que desde aquel momento la situación ha ido muy bien”, aclaró Vidal, a quien ha dejado “muy contento” la notificación, pues “agradece, está de acuerdo y, en cierta medida, creo que alaba mi manera de hacer Teología, porque dice que no tiene nada contra el autor ni contra su intención, y acepta el ministerio teológico que realizo, dejando aparte algunas cuestiones sobre determinados escritos”. Marciano
Vidal: «Seguiré haciendo una teología como servicio a la Iglesia» MADRID. Jesús
Bastante El moralista español Marciano
Vidal, que el pasado martes fue objeto de una notificación pública por parte
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde se daban a conocer
determinados errores en varios de sus libros sobre teología moral, afirmó ayer
que dicho escrito «creo que alaba mi manera de hacer teología». Vidal reiteró
su convicción por «hacer una teología como servicio a la Iglesia». Marciano Vidal, sacerdote y
religioso redentorista, realizó estas declaraciones al programa «El Espejo de
la Vida Religiosa», de la cadena Cope, apenas dos días después de que la
Congregación para la Doctrina de la Fe -presidida por el cardenal Joseph
Ratzinger- hiciera pública una «Notificación sobre algunos escritos del
reverendo padre Marciano Vidal». En el citado escrito, se censuraba el discurso
planteado por este teólogo -especialmente en el libro «Moral de actitudes»-
respecto a cuestiones de moral sexual que «contenían importantes errores que
pueden dañar la fe del pueblo de Dios». La congregación -organismo encargado
de velar por la defensa de la doctrina oficial de la Iglesia católica- era
especialmente crítica con las manifestaciones de Vidal referentes al aborto
terapéutico, la homosexualidad, la fecundación in vitro o la masturbación, y
pedía al autor revisar sus escritos con la colaboración de la Comisión
Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española,
cuestión a la que el teólogo se ha mostrado dispuesto. Esta notificación de la Santa
Sede viene dada por la importancia que los manuales del profesor Vidal tienen en
muchos seminarios de Europa e Iberoamérica, y la necesidad de aclarar ciertos
conceptos para que sus enseñanzas pudieran continuar siendo catalogadas como
coherentes con el Magisterio de la Iglesia católica. COMPROMISO CON LA IGLESIA
DE HOY Marciano Vidal, profesor de
Teología Moral en la Universidad Pontificia de Comillas y en el Instituto
Superior de Ciencias Morales de Madrid, manifestó que en estos momentos se sentía
«muy vocacionado para ser teólogo moralista en esta Iglesia de hoy a la que
trato de servir, ilusionado con mi tarea y comprometido totalmente, no a medias,
con ella». De hecho, el teólogo participó ayer en el curso «Alarmas en la
Iglesia: alejados, separados, divorciados. Criterios morales y orientaciones
pastorales», organizado por la Conferencia Española de Religiosos (Confer) y
que finaliza esta tarde en Madrid. En declaraciones a Cope, Vidal
recordó las palabras que formuló el pasado 2 de junio ante los miembros de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, a quienes manifestó que «mi convicción
es hacer una teología como servicio a la Iglesia, no en contra ni al margen de
ella; con la epistemología de la razón y la fe, tal como señala el Concilio
Vaticano II, la Sagrada Escritura, la tradición y el Magisterio de la Iglesia;
dentro del espíritu de San Alfonso María de Ligorio, de una moral pastoral que
trate de ser salvífica; y en la situación presente, que trata de ser
reformulada y replanteada, según ha dicho el Vaticano II y muchas veces ha
insistido Juan Pablo II». CONVICCIONES BÁSICAS Tras su intervención ante la
congregación, el religioso manifestó que el propio Ratzinger «se sintió
realmente interpelado y, sobre todo, contento de mi profesión de convicciones básicas».
Para Vidal, a partir de ahí todo fue más sencillo. «Tengo la impresión de
que desde aquel momento la situación me ha ido muy bien», aclaró,
manifestando que la notificación del Vaticano «me ha dejado muy contento»,
puesto que «agradece, está de acuerdo y, en cierta medida, creo que alaba mi
manera de hacer teología, porque dice que no tiene nada contra el autor ni
contra su intención, y acepta el ministerio teológico que realizo, dejando
aparte algunas cuestiones sobre determinados escritos». El propio Vidal, como se dice en
la notificación vaticana, se ha comprometido a realizar las oportunas
modificaciones a sus textos, bajo el consejo de la Iglesia española. No
obstante, en los próximos días podría tener lugar una comparecencia pública
del propio teólogo, en la que ofrecería su posición respecto a esta «llamada
de atención» por parte de la Santa Sede. Durante el curso que estos días
imparte en la sede de Confer, Marciano Vidal abogó ayer por una ética de la
debilidad y del fracaso, dada la frágil condición del ser humano, al tiempo
que reclamó la aplicación del principio cristiano de la gradualidad en la
comprensión y vivencia de los valores morales, y la benignidad pastoral de la
moral cristiana frente al rigor moral. Del mismo modo, Vidal defendió la «provisionalidad
en las cuestiones que no han recibido una iluminación clara por parte del
Magisterio eclesiástico». Citando el Vaticano II, el teólogo
recordó que, acerca de la complejidad de las situaciones nuevas que presentan
la ciencia, la cultura y la sociedad y a las que se tienen que enfrentar los católicos
en el mundo de hoy, la Iglesia «no tiene siempre a mano una respuesta para cada
cuestión», si bien en una sociedad compleja «y del riesgo» como la nuestra
«es preciso tomar decisiones sobre cuestiones de gran complejidad, y tomarlas
con rapidez, sabiendo que de ellas dependen resultados de amplio y largo alcance
para un número cada vez mayor de sujetos». SITUACIONES «IRREGULARES» En la jornada de clausura, que
tendrá lugar hoy, el sacerdote redentorista analizará la aplicación pastoral
de los criterios de algunas situaciones denominadas «irregulares», entre ellas
las de los cristianos divorciados y vueltos a casar, los católicos unidos sólo
por matrimonio civil, los casos de bautismo de niños nacidos de una unión
matrimonial irregular, las uniones de hecho y estables de pareja, las familias
no matrimoniales y las uniones consensuadas.
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