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Actualidad - Nº 4 - Mayo 2001

  "En esto
   conocerán
   todos que sois
   mis discípulos,
   en que os amáis
   unos a otros."

          
Juan 13, 35

El caso de Marciano Vidal

César Rollán
GALILEAS@teleline.es

En las últimas semanas de Mayo de 2001 ha saltado a la actualidad el caso de Marciano Vidal, un teólogo español de gran prestigio en el campo de la Teología Moral. Reproducimos aquí diversos recortes de prensa para que el lector pueda hacerse una idea y juzgar por sí mismo, a la vez que, desde nuestra opción de trabajar por la libertad de expresión en cuestiones teológicas discutibles, nos solidarizamos con este hermano silenciado.

Agencia Zénit 15/05/01 Aclaración vaticana ante las tesis del moralista español Marciano Vidal
Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Conferencia Episcopal Española 15/05/2001

A propósito de la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre algunos escritos del P. Marciano Vidal

El Mundo 16/05/ 2001

Un teólogo español, víctima de la ortodoxia de Ratzinger

La Vanguardia 16/05/01

El cardenal Ratzinger llama al orden a Marciano Vidal
por defender una moral sexual más permisiva que la que propugna la Iglesia católica

El País, 16/05/01

El Vaticano censura al teólogo Marciano Vidal por sus escritos sobre moral sexual. El ex Santo Oficio notifica sus reproches, aceptados por el afectado tras un largo proceso.

iConfer 17/05/01 Marciano Vidal aboga por una moral de la benignidad frente al rigorismo.
ABC, 18/05/01 "Seguiré haciendo una teología como servicio a la Iglesia"

Agencia ZENIT 15/05/01

Aclaración vaticana ante las tesis del moralista español Marciano Vidal
Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe

CIUDAD DEL VATICANO

¿Aprueba la Iglesia católica la fecundación artificial? ¿Acepta leyes que despenalizan el aborto? ¿Es «provisional» su doctrina sobre la homosexualidad? Estas y otras preguntas han sido presentadas por católicos de varios países a la Congregación para la Doctrina de la Fe, tras haber leído los libros del moralista español Marciano Vidal, informa Zenit.

De hecho, en ocasiones, los libros de este sacerdote, profesor ordinario de Teología Moral en la Universidad Pontificia de Comillas y en el Instituto Superior de Ciencias Morales (Madrid), como «Moral de actitudes» o «Diccionario de ética teológica», dan a entender que la posición de la ética cristiana en estos argumentos es relativa. Se trata de textos que en algunos seminarios de España, América Latina e Italia han sido utilizados por seminarios como libros de teología moral «católica».

Obviamente cualquier persona puede decir y pensar lo que considera oportuno sobre estas materias, pero dado que los libros del religioso redentorista son presentados como «católicos» y distribuidos por centros de teología «católica», la Santa Sede tiene la obligación de aclarar aquellos puntos que no se conformen propiamente con la doctrina «católica».

Por este motivo, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha mantenido en los últimos cuatro años numerosos contactos oficiales con el autor con el objetivo de ayudar a aclarar la exposición de su pensamiento. El mismo organismo Vaticano ha explicado que el autor ha demostrado claramente su colaboración en todo este proceso.

La cuestión fundamental, según el documento de la Congregación vaticana, que lleva la firma de su prefecto, el cardenal Joseph Ratzinger, y de su secretario, el arzobispo Tarcisio Bertone, está en que para Vidal el cristianismo ofrece un «influjo», un «contexto», una «orientación», un «nuevo ámbito de referencia» a la moral, pero despoja de normatividad ética concreta a la revelación de Dios en Cristo. Y al no haber una Norma moral, los «contenidos» de la Revelación cristiana se convierten en relativos, al menos esta podría ser la conclusión que sacan los lectores.

Homosexualidad

«De este modo --constata la «Notificación»--, el autor sostiene, por ejemplo, que la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad posee ciierta coherencia, pero no goza de suficiente fundamento bíblico y adolece de importantes condicionamientos y ambigüedades».

«En ella se encuentran los fallos que pueden advertirse «en todo el edificio histórico de la ética sexual cristiana», afirma el mismo Vidal.

«Estos juicios morales no son compatibles con la doctrina católica, para la que existe una valoración perfectamente clara y firme sobre la moralidad objetiva de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo», explica el texto.

«El grado de imputabilidad subjetiva que esas relaciones puedan tener en cada caso concreto es una cuestión diversa, que no está aquí en discusión», aclara.

Norma y conciencia

La enseñanza del Magisterio tampoco tiene razón de ser en el caso del autoerotismo, o la anticoncepción.

En este último caso, por ejemplo, entre los diversos criterios ofrecidos por el autor para guiar el discernimiento de los cónyuges que se plantean asumir métodos anticeonceptivos, no se encuentra el valor objetivo y vinculante de la norma moral contenida en la «Humanae vitae» y en los demás documentos del Magisterio pontificio anteriores y posteriores a ella.

Con estos criterios, el teólogo aprueba la fecundación «in vitro» homóloga (es decir, sin la intervención de una persona externa a la pareja), sin tener en cuenta los interrogantes morales objetivos expuestos por la Iglesia.

Leyes despenalizadoras del aborto

En el caso del aborto, el autor da una valoración negativa «en términos generales», pero considera que «no toda liberalización jurídica del aborto es contraria frontalmente a la ética». Ahora bien, en sus libros, anota el documento de la Santa Sede, «al lector no le es posible entender qué tipo de leyes despenalizadoras del aborto se consideran "no contrarias frontalmente a la ética"».

Nuevo manual de teología moral

Para evitar que estas y otras propuestas mencionadas por la «Notificación» se conviertan en materia expuesta como doctrina «católica» por universidades pontificias, seminarios e instituciones que se dicen oficialmente «católicas», la Congregación para la Doctrina de la Fe propone que, tras el contacto que ha mantenido con el padre Vidal en estos años, él mismo escriba un nuevo manual «apto para la formación de los estudiantes de teología moral».

En este cometido, Vidal contará con la colaboración de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal Española.

«La Congregación --concluye el documento--, con esta "Notificación", desea al mismo tiempo animar a los teólogos moralistas a proseguir en el ccamino de renovación de la Teología moral, en especial de profundización en la moral fundamental y de rigor en el método teológico-moral, conforme a las enseñanzas de "Veritatis splendor", y con ese verdadero sentido de responsabilidad eclesial».


COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA DOCTRINA DE LA FE CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA 15/05/ 2001

A propósito de la Notificación
de la Congregación para la Doctrina de la Fe
sobre algunos escritos del P. Marciano Vidal

La Congregación para la Doctrina de la Fe hace pública hoy una Notificación sobre algunos escritos del Rev. P. Marciano Vidal, C.Ss.R. aprobada por el Papa Juan Pablo II el pasado mes de febrero y conocida ya por el P. Vidal. Se concluye así un largo proceso de examen y de diálogo sereno y provechoso comenzado en 1997 por la Congregación. Durante este tiempo el P. Marciano Vidal ha tenido la oportunidad de explicar en más de una ocasión sus opiniones con las ayudas previstas y en el modo dispuesto para estos casos y ha aceptado el juicio doctrinal formulado por la Congregación. La disponibilidad manifestada por el Autor para corregir los errores y ambigüedades que se hallan en algunos de sus escritos se ha concretado finalmente, para satisfacción de todos, en la aceptación de reelaborar, en especial, su obra titulada Moral de Actitudes, bajo la supervisión de esta Comisión Episcopal.

Nos congratulamos de los resultados positivos de este proceso que si, como es obvio, implican algunas renuncias, dejan también vislumbrar una generosidad que promete rendir buenos frutos en favor del progreso de la renovación de la teología moral al servicio de los fieles, los pastores y los profesores.

En orden a animar dicho progreso, en agosto de 1997 publicamos una Nota sobre la enseñanza de la moral, referida a la situación general en España, en la que, a la luz de la encíclica Veritatis splendor, exponemos sucintamente algunos aspectos básicos de la doctrina moral católica y glosamos el servicio que la teología moral está llamada a prestar a la Iglesia.

“Hoy, en concreto -escribíamos- un problema crucial para la teología y, en particular, para la teología moral, es el de la adecuada comprensión y práctica de la libertad. Precisamente la carta encíclica Veritatis splendor ha señalado como humus cultural de los graves problemas que hoy se plantean a la teología la pretensión de erradicar la libertad humana de su relación esencial y constitutiva con la verdad. La teología moral no puede dar por supuesto que todo lo que las ciencias del hombre entienden hoy por libertad sea acorde con la libertad anunciada y posibilitada por la Verdad del Evangelio.”

El trabajo teológico no es, ciertamente, un mero transmisor o altavoz del Magisterio. La función teológica en la Iglesia arranca también originariamente del mandato de Cristo de evangelizar a todos los pueblos, pues la teología ofrece una contribución insustituible a la comunicación y a la inteligibilidad de la verdad de la fe. En este sentido, no hay Magisterio episcopal sin teología. Pero tampoco hay teología católica sin Magisterio, ya que, como enseña el Concilio, “los obispos son los maestros auténticos, por estar dotados de la autoridad de Cristo” (Lumen gentium 25) y, de un modo especial, el obispo de Roma (cf. Ibid.). Con sus competencias específicas, ambos ministerios, el episcopal y el teológico, son necesarios para la obra evangelizadora de la Iglesia.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, a quien el Sucesor de Pedro encomienda la vigilancia y la custodia de la fe, al ejercer su misión en los modos previstos, no coarta desde fuera la libertad de la teología, sino que le presta una ayuda específicamente teológica capaz de sostenerla en la fidelidad libre a la Palabra del Evangelio en la interacción crítica con las diversas culturas; al mismo tiempo, ofrece a la comunidad eclesial el servicio de prevenirla ante opiniones no conformes con la doctrina católica que ponen en peligro su unidad y su coherencia de vida cristiana.

Confiamos en que el camino comenzado en el caso del P. Marciano Vidal siga adelante como un verdadero ejemplo de colaboración entre el ministerio episcopal y el teológico. Lo pide el bien de la Iglesia y de su misión. En todo caso,  es necesario recordar que no se enjuicia la persona del Autor, ni su intención, ni la totalidad de su obra y de su ministerio teológico. De entre sus numerosos escritos, fruto de un intenso trabajo, sólo algunos deberán ser reelaborados, según el mismo Autor se ha comprometido a hacer.


El Mundo 16/05/ 2001

Un teólogo español,
víctima de la ortodoxia de Ratzinger

José Manuel VIDAL

En el siglo XVII, un tribunal de la Inquisición de Florencia obligó al científico Galileo Galilei a abjurar de rodillas por sostener que la tierra giraba alrededor del Sol. Una herejía, según la Santa Curia. Y a Giordano Bruno le quemaron en la hoguera por blasfemo, al no querer retractarse. En los albores del siglo XXI, el teólogo español Marciano Vidal ha sido obligado por la Congregación de la Santa Fe que dirige el pétreo cardenal Ratzinger a retirar de sus obras algunas afirmaciones que la Curia vaticana considera incompatibles con la doctrina moral católica. Vidal, cuya obra Moral de actitudes está traducida a infinidad de lenguas y ha sido santo y seña de los teólogos más aperturistas, ha teorizado desde el punto de vista teológico sobre cuestiones como la masturbación, la homosexualidad, los métodos anticonceptivos o la fecundación in vitro. El teólogo sostiene que no es «justo» calificar la masturbación como «intrínsecamente mala», que la condena de la homosexualidad no tiene un fundamento bíblico suficiente y que la píldora del día siguiente no es un método abortivo y puede ser aceptable en situaciones de especial gravedad. Son afirmaciones que seguramente suscribe la mayoría de los católicos, aunque los guardianes de la ortodoxia las condenan como contrarias a su moral. Vidal ha aceptado retractarse de esos pasajes de su obra. No tenía más remedio. De lo contrario, se exponía a que le echaran de la docencia. Parece mentira que a estas alturas de la Historia, la Iglesia católica cercene de esta forma la libertad de criterio de sus teólogos y se cierre en banda a cambiar la doctrina moral que imperaba en tiempos de Galileo.

 Obligado a Retractarse

 Vuelve la caza de brujas teológica. El cardenal Ratzinger, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), a través de su sucursal en España, condena «los errores y ambigüedades» de la obra del teólogo moralista Marciano Vidal y le obliga a retractarse. Hace años que este español de 64 años, una de las autoridades en la materia a nivel mundial, se halla en el punto de mira del guardián de la ortodoxia.

Hasta hace pocos años, en Roma no se atrevían a censurarle porque contaba con el apoyo de muchos obispos españoles. «Con la remodelación episcopal que se ha efectuado en España estos últimos años, Marciano Vidal ha perdido el apoyo del episcopado y por eso, Roma le cae ahora encima, en un intento de llevar la restauración a su culmen. Esto habla a las claras del endurecimiento actual de la represión de los teólogos», explica un moralista español, que prefiere guardar el anonimato para evitar represalias.

La misma nota de la comisión episcopal para la Doctrina de la Fe reconoce que «se concluye así un largo proceso de examen y diálogo sereno y provechoso comenzado en 1997». Tras el diálogo, Roma emite un veredicto de culpabilidad contra el moralista español. Eso significa que éste tiene que retractarse y «corregir los errores y ambigüedades que se hallan en algunos de sus escritos».

El cardenal Ratzinger le obliga en especial a «reelaborar su obra titulada Moral de actitudes, bajo la supervisión de la comisión episcopal española». «¿Cómo van a supervisar su obra monseñor Blázquez [obispo de Bilbao y presidente de la sucursal española de la Congregación] y el jesuita Martínez Camino, si Marciano Vidal es una autoridad de primerísima magnitud y sabe, por lo tanto, mucho más que ellos de esta materia?», se indigna otro teólogo.

¿Cuáles son los «errores» que tendría que corregir el teólogo español? Se trata, según los expertos, de reelaborar toda su concepción moral de fondo, así como las aplicaciones que de ella hace a las cuestiones de moral sexual. La obra más famosa de Marciano Vidal, Moral de actitudes, ahora cuestionada, ha sido el santo y seña de generaciones de seminaristas y curas de España y del extranjero desde los años 70. Está traducida a infinidad de lenguas, incluso al coreano. En ella sostiene, en síntesis, que el pecado, más que un acto, es una actitud. Es decir, que el pecado no es tanto un acto aislado como una actitud permanente. No se peca por decir una mentira en un momento dado, sino por ser un mentiroso.

De esta «opción fundamental» derivan una serie de consecuencias para la vida moral y sexual. Por ejemplo, el padre Vidal justifica en sus escritos la homosexualidad, la masturbación, la anticoncepción y la fecundación artificial.

Vidal reconoce que no «es justo» calificar los actos de autoerotismo de acciones intrínsecamente malas. Sostiene también que los «métodos interceptivos, es decir los que actúan después de la fecundación y antes de la anidación, no son abortivos», en contra de la doctrina episcopal sobre la píldora del día siguiente.

A juicio de Vidal, «no se los puede considerar como procedimientos moralmente lícitos para controlar la natalidad. Sin embargo, son moralmente aceptables en situaciones de especial gravedad, cuando es imposible recurrir a otros medios».

Fundamento

En cuanto a la homosexualidad, Vidal explica que la doctrina de la Iglesia «no tiene un fundamento bíblico suficiente».  «Tales afirmaciones son incompatibles en el plano moral con la doctrina católica, según la cual existe un juicio preciso y firme sobre la moralidad objetiva de las relaciones sexuales entre las personas del mismo sexo», replica Ratzinger desde Roma.

El Vaticano acusa al padre Vidal de «alejarse de la doctrina de la Iglesia» también en otras cuestiones morales, como la fecundación in vitro.

Puesto entre la espada de Roma y la pared de su obra, el teólogo no tuvo más remedio que aceptar «reelaborar su obra». «No tenía otra opción. Si se niega, le retirarían la venia docente y no podría enseñar ni en Comillas ni en el Instituto de Ciencias Morales», dice uno de sus compañeros. Otro, en cambio, el padre Miguel Rubio, señaló a este periódico: «No quiero dar carnaza a la prensa. No van a conseguir enfrentarnos con los obispos. No quiero enciscar a un compañero».

Como dice el presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, Enrique Miret, «es una pena que condenen a un moralista tan equilibrado que lo único que ha hecho es casar la moral tradicional con los nuevos tiempos. Con estas medidas la Iglesia se está desacreditando y no se da cuenta de que la gente se aparta cada vez más de ella».

Una nueva batalla en la guerra teológica

Marciano Vidal es el último teólogo que sufre la censura del cardenal Ratzinger, pero no el único. En febrero de este mismo año, el jesuita Jacques Dupuis fue acusado por monseñor Ratzinger de escribir con ambigüedad, sostener tesis peligrosas y confundir los caminos de la salvación en su libro Hacia una teología cristiana en el pluralismo.

En esta obra, Dupuis trataba de establecer nuevos vínculos entre las distintas religiones. Algo que chocaba con el documento Dominus Iesus, firmado por Ratzinger en octubre de 2000, en el que se proclamaba que la fe católica «es la única verdadera».

«Dupuis se ha esforzado siempre en permanecer dentro de la fe católica, aunque no siempre lo haya conseguido. Sería deseable que pudiera continuar su trabajo, puesto que ha sido un pionero del diálogo entre las religiones», se excusaba entonces el padre jesuita Peter Hans Kolvenbach.

La firma de Dominus Iesus provocó bastante revuelo. Nada menos que 70 teólogos firmaron un manifiesto contra el cardenal por respaldar este documento.

Los teólogos calificaron Dominus Iesus de «inoportuno» por «sacar a la luz viejos contenciosos que se creían ya superados» y porque «abre una brecha entre las iglesias cristianas que tardará tiempo en cerrarse».

También acusaron a Ratzinger de cuestionar «el pluralismo, que es uno de los factores fundamentales de la cultura actual» y de ser insensible «a los logros alcanzados a lo largo de varias décadas de actividad ecuménica».


La Vanguardia, 16.05.2001


El cardenal Ratzinger llama al orden a Marciano Vidal
por defender una moral sexual más permisiva que la que propugna la Iglesia católica


MARÍA-PAZ LÓPEZ

Barcelona. - El Vaticano ha llamado al orden al teólogo español Marciano Vidal, que en sus escritos sobre moral ha sostenido que masturbación, homosexualidad y contracepción no son necesariamente actividades incorrectas, en evidente discrepancia con la postura oficial de la Iglesia católica. Según una notificación hecha pública ayer por la Congregación para la Doctrina de la Fe, dicasterio vaticano encargado de velar por la ortodoxia, Vidal incurre en "errores y ambigüedades" al abordar la moral sexual, que deberá corregir en sus textos ya editados. Vidal (León, 1937), sacerdote redentorista, accede a revisar su obra.

Marciano Vidal, considerado el más relevante moralista católico español, contradice a la Iglesia al fechar el arranque de la vida. Para Vidal, "los métodos interceptivos, es decir, aquellos que actúan después de la fecundación y antes de la anidación, no son abortivos", recoge la notificación, mientras que la Iglesia sostiene que el embarazo empieza en la fecundación. Según la visión de Vidal, aun sin citarla, la píldora "del día después" que el Vaticano condena por abortiva sería anticonceptiva.

Vidal no cree que los anticonceptivos sean lícitos, pero sí moralmente aceptables "en situaciones de notable gravedad". Y en todo caso su uso "ha de ser objeto de responsable discernimiento de los cónyuges". El texto vaticano le recuerda que "se trata de valoraciones contrarias a la enseñanza de la Iglesia". También se le amonesta por sus "juicios ambiguos" sobre el aborto terapéutico, la inseminación artificial con donante y la fecundación in vitro.

El teólogo también ha suscitado las iras de Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por sus ideas sobre homosexualidad y masturbación. Para Vidal, lo que piensa la Iglesia de la homosexualidad "posee cierta coherencia, pero no goza de suficiente fundamento bíblico". Vidal arguye que a un homosexual no debería exigírsele siempre "la única salida de una moral rígida", esto es, el paso a la heterosexualidad o la abstinencia. De la masturbación dice que su gravedad no se ha probado.

La notificación, producto de tres años de cartas entre el dicasterio de Ratzinger y el redentorista español, lleva fecha del 22 de febrero. Desde ese día, tres de sus libros, entre ellos su vasto tratado "Moral de actitudes", no pueden usarse en formación teológica. Vidal, profesor del Instituto Superior de Ciencias Morales y de la Universidad Pontificia de Comillas, los corregirá bajo supervisión de la Conferencia Episcopal Española. Los obispos españoles matizaron ayer en una nota que "no se enjuicia la persona del autor, ni su intención, ni la totalidad de su obra" y que la Congregación de la Doctrina de la Fe "no coarta desde fuera la libertad de la teología, sino que le presta una ayuda".


EL País, miércoles, 16 de mayo de 2001

El Vaticano censura al teólogo Marciano Vidal por sus escritos sobre moral sexual
El ex Santo Oficio notifica sus reproches, aceptados por el afectado tras un largo proceso

JUAN G. BEDOYA - Madrid

En cuestiones de moral Roma no se mueve ni acepta experimentos, según dejó claro ayer la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición), que preside el cardenal Joseph Ratzinger. En esta ocasión, el procesado ha sido el teólogo Marciano Vidal García, ex director del Instituto Superior de Ciencias Morales de Madrid y profesor de la Universidad Pontificia de Comillas. Según una 'notificación' publicada ayer por el Vaticano, Marciano Vidal deberá reelaborar sus escritos de moral en la línea que le señale la Congregación de Ratzinger.

'La disponibilidad manifestada por el autor para corregir los errores y ambigüedades que se hallan en algunos de sus escritos se ha concretado, finalmente, para satisfacción de todos, en la aceptación de reelaborar[los], en especial su obra titulada Moral de actitudes, bajo la supervisión de esta Comisión Episcopal'. Este es uno de los párrafos del largo comunicado emitido ayer por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, dependiente de la Conferencia Episcopal Española, que preside el cardenal Antonio María Rouco. La nota se titula A propósito de la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre algunos escritos del P. Marciano Vidal, y termina con la observación de que en el proceso ahora concluido 'no se enjuicia la persona del autor, ni su intención, ni la totalidad de la obra y de su ministerio teológico'. 'De entre sus numerosos escritos, sólo algunos deberán ser reelaborados, segun el mismo autor se ha comprometido a hacer', afirma la comisión que se ocupa de velar en España por la ortodoxia católica.

Marciano Vidal García, redentorista, nació en la provincia de León hace 64 años y es uno de los teólogos más prolíficos de España, con una gran relevancia en teología moral. Perteneció a la Asociación de Teólogos Juan XXIII, de carácter progresista, pero la abandonó precisamente para evitar conflictos con la jerarquía, cuando ésta desautorizó a la citada asociación. Esa misma línea de comunión con la jerarquía quedó ayer confirmada por el Vaticano al anunciar que el teólogo acepta las recriminaciones de Ratzinger, y sus correcciones.

Pero el Vaticano no fue ayer, precisamente, un dechado de cortesía hacia el teólogo español a la hora de dar a conocer los resultados del proceso a que ha sido sometida su obra desde 1997. A primera hora de la mañana, la oficina de prensa de la Santa Sede distribuyó un comunicado con abundantes detalles sobre ese largo proceso y sus consecuencias, y acusó a Marciano Vidal no sólo de ' ambigüedad', sino de 'errores', con una larga enumeración de estos, lo que dio pie a la Agencia France Press (AFP) a titular su despacho sobre el asunto de esta manera: 'Llamado al orden un teólogo que justifica la homosexualidad y la masturbación'. AFP añadía que Marciano Vidal justifica también la contracepción, la fecundación artificial e, incluso, 'la liberalización jurídica del aborto' porque 'no es contraria de manera directa a la ética católica'.

La Congregación para la Doctrina de la Fe y Marciano Vidal han dialogado, directamente o por carta, antes de llegar a la resolución del proceso. Pero el teólogo sigue activo. Precisamente ayer, la agencia de noticias de la Confederación Española de Religiosos (Confer) anunció que impartirá un curso los días 17 y 18 de este mes en Madrid, entre otros temas, sobre 'la situación de los cristianos divorciados vueltos a casar, los católicos unidos sólo por matrimonio civil, el bautismo de niños nacidos de una unión matrimonial irregular y sobre las uniones de hecho o estables de pareja'.  


iConfer ( Agencia española de noticias de vida religiosa) 17/05/ 2001

 Marciano Vidal aboga por una moral de la benignidad
frente al rigorismo

En un curso organizado por el Departamento de Pastoral de la CONFER

Madrid, 17 mayo 2001 (IVICON).- El teólogo Marciano Vidal García abogó hoy, jueves, por una ética de la debilidad y del fracaso, dada la frágil condición del ser humano, al tiempo que reclamó la aplicación del principio cristiano de la gradualidad en la comprensión y vivencia de los valores morales, y la benignidad pastoral de la moral cristiana frente al rigor moral.

En un curso organizado por el Departamento de Pastoral de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en Madrid, Vidal, que ha sido objeto de una notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dada a conocer el pasado martes, aclaró que con esta propuesta “no se rechaza el ideal moral, pero se acepta su aplicación gradual”, teniendo en cuenta las dificultades y las limitaciones de la existencia humana, y aceptando, por tanto, la equivocación y el fracaso. En este sentido, el teólogo y religioso redentorista relativizó el éxito como norma moral porque “la moral no tiene como criterio el éxito y lo que nos hace buenos es el intento”.

En el primer día del curso, que se prolongará hasta mañana, Vidal analizó la dimensión pastoral de la moral cristiana, a la que se refirió como “pastoralidad”, que es “inherente a la reflexión teológico-moral y a la propuesta de la verdad moral en sí misma”.

Para el moralista, la verdad moral objetiva se convierte en verdad salvífica cuando “la moral objetiva es asumida y personalizada por la conciencia personal del creyente y, en la medida de lo posible, de toda persona de buena voluntad”. Lo cual exige que “en el discurso teológico-moral se haya de tener en cuenta no sólo la pureza académica en el análisis de los problemas morales sino también, y sobre todo, la búsqueda del mejor modo para que la verdad moral sea subjetivizada por la conciencia personal”.

Según Vidal, esta opción no significa reducir la conciencia a un mero reflejo de la norma objetiva, porque sigue siendo válido el principio básico, de acuerdo con la enseñanza tradicional de la Iglesia, de la inviolabilidad de la conciencia moral, especialmente cuando surgen auténticos conflictos de conciencia.

Además, el teólogo comentó que la moral cristiana no es una teoría sino una praxis concreta, de tal manera que “en el planteamiento y en la solución de las cuestiones morales concretas es necesario servirse de una metodología adecuada a los objetivos pastorales, que constituyen la meta de toda moral de signo eclesial”.

HUMILDAD Y PROVISIONALIDAD

En este sentido, Vidal explicó que la moral siempre ha sido uno de los campos más difíciles del saber teológico, y que el teólogo moralista que quiera ser fiel a su tarea “ha de equiparse de notables dosis de humildad, aún procurando estar en continuo estudio de cuantos datos le pueden aportar los distintos saberes antropológicos y teológicos, y atendiendo siempre a la voz iluminadora del Magisterio eclesiástico”.

Junto a la humildad en la reflexión teológico-moral, Vidal defendió la “provisionalidad en las cuestiones que no han recibido una iluminación clara por parte del Magisterio eclesiástico o en aquellos aspectos de las cuestiones ya iluminadas por el Magisterio que precisan de una ulterior profundización”.

Citando el Concilio Vaticano II, Vidal recordó que en relación con la complejidad y diversidad de situaciones nuevas, avances científicos y cambios culturales en que se encuentran los católicos en el mundo de hoy, la Iglesia “no tiene siempre a mano una respuesta para cada cuestión”, si bien en una sociedad compleja y “del riesgo” como la nuestra “es preciso tomar decisiones sobre cuestiones de gran complejidad, y tomarlas con rapidez, sabiendo que de ellas dependen resultados de amplio y largo alcance para un número cada vez mayor de sujetos”.

Para dar “significación real” a la moral católica en una situación histórico-cultural nueva, Vidal sugirió “repensar la moral cristiana en diálogo con la cultura de nuestro tiempo”, porque “los mejores proyectos teológico-morales son aquellos que nacen de un interés especial por ofrecer una síntesis de moral cristiana en diálogo con los saberes acerca del hombre”. Eso no significa revisar los “valores” cristianos básicos sino las formas históricas de expresarlos, por lo que se podrían recuperar, entre otras, las categorías tradicionales de “conciencia moral perpleja”, “conflicto de deberes” y el uso de los medios con fines terapéuticos.

Ahora bien, Vidal se preguntó “cómo relacionar la norma objetiva propuesta por el Magisterio con la peculiaridad de las situaciones conflictivas” que surgen de la nuevas situaciones. Y contestó: “La solución no puede ser: ni negar la validez de la norma objetiva, ni dejar de tener en cuenta el ‘peso humano’ que tienen tales situaciones conflictivas y que ha de ser asumido en la subjetivización de la norma por parte del sujeto moral en cuestión”.

Tras el análisis de los principios morales, para mañana está previsto que Vidal analice en el último día del curso la aplicación pastoral de estas orientaciones y criterios a algunas de las situaciones llamadas “irregulares”, entre ellas la de los cristianos divorciados y vueltos a casar, los católicos unidos solo por matrimonio civil, los casos de bautismo de niños nacidos de una unión matrimonial irregular, las uniones de hecho y estables de pareja, las familias no matrimoniales y las uniones consensuadas.

DECLARACIONES A LA CADENA COPE

En su primera comparecencia ante un medio de comunicación tras la publicación de la notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Vidal ha declarado al programa El Espejo de la Vida Religiosa, de la Cadena COPE, que se sentía “muy vocacionado para ser teólogo moralista en esta Iglesia de hoy a la que trato de servir, ilusionado con mi tarea y comprometido totalmente, no a medias, con ella”.

Vidal recordó las cuatro convicciones que manifestó el 2 de junio del pasado año ante el los miembros de la congregación vaticana cuando señaló que “mi convicción es hacer una Teología como servicio a la Iglesia, no en contra ni al margen de ella; con la epistemología de la razón y la fe, tal como señala el Concilio Vaticano II, la Sagrada Escritura, la tradición y el Magisterio de la Iglesia; dentro del espíritu de san Alfonso Mª de Ligorio, de una moral pastoral que trate de ser salvífica; y en la situación presente, que necesita ser reformulada y replanteada, según ha dicho el Vaticano II y muchas veces ha insistido Juan Pablo II”.

Tras su intervención, Vidal advirtió que el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, “parece que se sintió realmente interpelado y, sobre todo, contento de mi profesión de convicciones básicas”. “Tengo la impresión que desde aquel momento la situación ha ido muy bien”, aclaró Vidal, a quien ha dejado “muy contento” la notificación, pues “agradece, está de acuerdo y, en cierta medida, creo que alaba mi manera de hacer Teología, porque dice que no tiene nada contra el autor ni contra su intención, y acepta el ministerio teológico que realizo, dejando aparte algunas cuestiones sobre determinados escritos”.


ABC.  18 de mayo de 2001.

Marciano Vidal: «Seguiré haciendo una teología como servicio a la Iglesia»

MADRID. Jesús Bastante

El moralista español Marciano Vidal, que el pasado martes fue objeto de una notificación pública por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde se daban a conocer determinados errores en varios de sus libros sobre teología moral, afirmó ayer que dicho escrito «creo que alaba mi manera de hacer teología». Vidal reiteró su convicción por «hacer una teología como servicio a la Iglesia».

Marciano Vidal, sacerdote y religioso redentorista, realizó estas declaraciones al programa «El Espejo de la Vida Religiosa», de la cadena Cope, apenas dos días después de que la Congregación para la Doctrina de la Fe -presidida por el cardenal Joseph Ratzinger- hiciera pública una «Notificación sobre algunos escritos del reverendo padre Marciano Vidal». En el citado escrito, se censuraba el discurso planteado por este teólogo -especialmente en el libro «Moral de actitudes»- respecto a cuestiones de moral sexual que «contenían importantes errores que pueden dañar la fe del pueblo de Dios». La congregación -organismo encargado de velar por la defensa de la doctrina oficial de la Iglesia católica- era especialmente crítica con las manifestaciones de Vidal referentes al aborto terapéutico, la homosexualidad, la fecundación in vitro o la masturbación, y pedía al autor revisar sus escritos con la colaboración de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, cuestión a la que el teólogo se ha mostrado dispuesto.

Esta notificación de la Santa Sede viene dada por la importancia que los manuales del profesor Vidal tienen en muchos seminarios de Europa e Iberoamérica, y la necesidad de aclarar ciertos conceptos para que sus enseñanzas pudieran continuar siendo catalogadas como coherentes con el Magisterio de la Iglesia católica.

COMPROMISO CON LA IGLESIA DE HOY

Marciano Vidal, profesor de Teología Moral en la Universidad Pontificia de Comillas y en el Instituto Superior de Ciencias Morales de Madrid, manifestó que en estos momentos se sentía «muy vocacionado para ser teólogo moralista en esta Iglesia de hoy a la que trato de servir, ilusionado con mi tarea y comprometido totalmente, no a medias, con ella». De hecho, el teólogo participó ayer en el curso «Alarmas en la Iglesia: alejados, separados, divorciados. Criterios morales y orientaciones pastorales», organizado por la Conferencia Española de Religiosos (Confer) y que finaliza esta tarde en Madrid.

En declaraciones a Cope, Vidal recordó las palabras que formuló el pasado 2 de junio ante los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a quienes manifestó que «mi convicción es hacer una teología como servicio a la Iglesia, no en contra ni al margen de ella; con la epistemología de la razón y la fe, tal como señala el Concilio Vaticano II, la Sagrada Escritura, la tradición y el Magisterio de la Iglesia; dentro del espíritu de San Alfonso María de Ligorio, de una moral pastoral que trate de ser salvífica; y en la situación presente, que trata de ser reformulada y replanteada, según ha dicho el Vaticano II y muchas veces ha insistido Juan Pablo II».

CONVICCIONES BÁSICAS

Tras su intervención ante la congregación, el religioso manifestó que el propio Ratzinger «se sintió realmente interpelado y, sobre todo, contento de mi profesión de convicciones básicas». Para Vidal, a partir de ahí todo fue más sencillo. «Tengo la impresión de que desde aquel momento la situación me ha ido muy bien», aclaró, manifestando que la notificación del Vaticano «me ha dejado muy contento», puesto que «agradece, está de acuerdo y, en cierta medida, creo que alaba mi manera de hacer teología, porque dice que no tiene nada contra el autor ni contra su intención, y acepta el ministerio teológico que realizo, dejando aparte algunas cuestiones sobre determinados escritos».

El propio Vidal, como se dice en la notificación vaticana, se ha comprometido a realizar las oportunas modificaciones a sus textos, bajo el consejo de la Iglesia española. No obstante, en los próximos días podría tener lugar una comparecencia pública del propio teólogo, en la que ofrecería su posición respecto a esta «llamada de atención» por parte de la Santa Sede.

Durante el curso que estos días imparte en la sede de Confer, Marciano Vidal abogó ayer por una ética de la debilidad y del fracaso, dada la frágil condición del ser humano, al tiempo que reclamó la aplicación del principio cristiano de la gradualidad en la comprensión y vivencia de los valores morales, y la benignidad pastoral de la moral cristiana frente al rigor moral. Del mismo modo, Vidal defendió la «provisionalidad en las cuestiones que no han recibido una iluminación clara por parte del Magisterio eclesiástico».

Citando el Vaticano II, el teólogo recordó que, acerca de la complejidad de las situaciones nuevas que presentan la ciencia, la cultura y la sociedad y a las que se tienen que enfrentar los católicos en el mundo de hoy, la Iglesia «no tiene siempre a mano una respuesta para cada cuestión», si bien en una sociedad compleja «y del riesgo» como la nuestra «es preciso tomar decisiones sobre cuestiones de gran complejidad, y tomarlas con rapidez, sabiendo que de ellas dependen resultados de amplio y largo alcance para un número cada vez mayor de sujetos».

SITUACIONES «IRREGULARES»

En la jornada de clausura, que tendrá lugar hoy, el sacerdote redentorista analizará la aplicación pastoral de los criterios de algunas situaciones denominadas «irregulares», entre ellas las de los cristianos divorciados y vueltos a casar, los católicos unidos sólo por matrimonio civil, los casos de bautismo de niños nacidos de una unión matrimonial irregular, las uniones de hecho y estables de pareja, las familias no matrimoniales y las uniones consensuadas.

 


 

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